Hay temporadas en las que me convierto en una lectora compulsiva de periódicos, blogs y demás sitios que aporten información. Pero el resultado suele ser un profundo pesimismo y desánimo y termino pensando que, ya que esto no hay modo de arreglarlo y que parece que no podemos ir sino a peor, lo mejor es pasar de todo, disfrutar de lo que se pueda y mantenerse en la más bendita ignorancia.
Pero en cuanto pasan unos días vuelvo a caer en el error de tragarme las noticias de la televisión y tengo la fastidiosa manía de buscar más información. Y entonces todo vuelve a empezar, otra vez leer periódicos, blogs, editoriales y todo lo que caiga en mis manos. Y así el círculo se cierra una y otra vez.
Hoy he tenido una de esas sobredosis de noticias que te hacen pensar que esto, no sólo es que esté fatal, es que solamente puede ir a peor.
Me he desayunado la crisis de Bankia, la dimisión de su flamante y excelentemente bien pagado presidente porque las cuentas de la entidad ya no se las cree ni él. Hace unos minutos me enteraba de que el Estado va a intervenir la entidad. Estupendo, nacionalizamos las pérdidas y privatizamos los beneficios.
Además me entero que el fiscal general del Estado ha denunciado al presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, el señor Carlos Divar, por malversación de caudales públicos (se montaba sus juergas en Marbella, hoteles de lujo, comidas en los mejores restaurantes e incluso alguna excursión en barco a Ceuta, a cuenta del Consejo). De todas formas él ya aclarado que se trata de una minucia de menos de 6.000€. Para que nos quedemos tranquilos con el tema de quién está impartiendo justicia en España.
Por su parte, el responsable de salud del gobierno de Extremadura dimite porque se descubre que mantenía una consulta privada como oftalmólogo en Portugal. Y resulta que compaginar la política con el ejercicio de la medicina está prohibido por la Ley Regional de Incompatibilidades. El pobre dice que no lo sabía y que tiene la conciencia tranquila. Eso es bueno. Para su conciencia, al menos.
Y en el plano internacional y en el lugar más destacado el impresentable presidente del neonazi Amanecer Dorado, Nikos Michaloliakos, y sus secuaces, un hatajo de delincuentes que han conseguido nada menos que 21 asientos en el Parlamento griego. Sus ideas, por ejemplo, minar las fronteras de Grecia para impedir la inmigración ilegal, y sus maneras, como obligar a los periodistas a que se levantaran del asiento cuando su líder hizo acto de presencia en la rueda de prensa posterior a las elecciones, dan fe de lo que se avecina en ese desdichado país si no se pone coto a tanto desatino.
Bueno y tras todo esto, en un sólo día, y el sempiterno tema (por lo que me toca) de los recortes en sanidad y educación, pues nada, que tengo los ánimos un poco decaídos y que voy a intentar vivir unos días en el limbo de los felices ignorantes que no ven más allá de sus narices y que creen que vamos por el buen camino. Pero ¿hacia dónde?
(Me olvidaba del tema Rey - Casa Real, pero eso da para mucho más...)