lunes, 31 de octubre de 2011

La cuna de la democracia

Papandreu ha dicho que va a convocar un referéndum para que los griegos puedan decidir sobre el segundo rescate y la quita del 50% de su deuda.
No se si será positivo o negativo, en todo caso en este país nació la democracia, así que igual es bueno volver a los orígenes y que sean los ciudadanos los que decidan entre lo malo y lo peor. Porque en realidad no hay muchas más alternativas.


Y, como es habitual, la oposición está en contra y dicen que el primer ministro tira una moneda al aire. Y lo dicen todos esos diputados que han estado callados o directamente implicados en toda la corrupción y la incompetencia de los últimos años, que es lo que ha llevado a Grecia a su situación actual. Mientras, ellos y todos sus amigos, allegados y "clientes políticos" siguen con los bolsillos bien llenos y con jugosas cuentas en el extranjero.
Pero seamos positivos, puede que por fin se consigan reformas de verdad. Pueden empezar por el sistema fiscal, seguir con el tema de la iglesia ortodoxa (primer terrateniente del país y que no solo no paga impuestos, sino que los sacerdotes son funcionarios a sueldo del estado), la economía sumergida que alcanza proporciones descomunales...

domingo, 30 de octubre de 2011

Políticos y otras hierbas

Ya tengo los billetes para el avión. Vuelvo el 17. No lo puedo remediar, como en la canción: "...si tú me dices ven..."
Espero que esta vez las cosas estén más tranquilas ahora que la UE les ha reducido el 50% de la deuda y les ha dado un respiro, al menos en teoría. Porque la voz cantante la siguen llevando París y, sobre todo, Berlín, y éstos no dan puntada sin hilo. Y los demás nos limitamos a obedecer y bajar la cabeza como los niños cuando reciben una bronca de los mayores por hacer las cosas mal. Mamá Merkel y papá Sarkozy nos dicen cómo hay que hacer los deberes y, alternativamente, nos felicitan o nos echan la bronca. Y nosotros, los díscolos hijos de los países mediterráneos, aguantando lo que nos echen.


Mientras tanto, cada vez se ven más imágenes como ésta: una anciana con andar lento y cansado que ofrecía a los clientes de las terrazas de Plaka, en Atenas, bolsitas con hierbas: manzanilla, orégano...para sacarse un dinerillo extra que complete las míseras pensiones de 350€ con las que tienen que sobrevivir. Me llamó la atención el cariño y el respeto con que la trató el camarero, que la ofreció una bebida y le cambió la calderilla por algún billete. Por cierto, yo la compré orégano y es el mejor que he probado nunca.

viernes, 28 de octubre de 2011

Desde la terraza

Tranquilidad ante el Parlamento
La Acrópolis.
Testigo de la historia de Grecia y Europa desde hace 2.500 años.


jueves, 27 de octubre de 2011

¿Que hago yo aquí?

Anteayer me quedé a medias...en la cena.


Al día siguiente pensé salir un ratito de compras. Lo primero que encontré en Sintagma fue la clásica manifestación: precedidos por motos (por supuesto todos sin casco), unas decenas de personas. Supongo que serían del transporte, porque seguíamos sin transporte público, con los sitios arqueológicos y museos cerrados y la "no huelga" de basura. Así que, tras cruzar la plaza, avancé por una Hermou prácticamente desierta, una imagen sorprendente de una calle peatonal y comercial atestada siempre de gente. Las tiendas estaban abiertas pero vacías, allí sólo se veía a las dependientas y al de seguridad. Me volví al hotel esperando que terminara antes el trabajo. Que ilusa, esa noche ni siquiera fue a dormir. Ya ni me enfado, pero no puedo evitar preguntarme ¿que hago yo aquí?.

Ah, y lo de las basuras no era huelga. Los griegos están perfeccionando el arte de hacer huelga sin hacerla, van a trabajar pero no trabajan y no pierden dinero. Así de simple. En este caso los basureros se dedicaban a dar vueltas por las calles pero sin tocar la basura porque los vertederos estaban cerrados por los piquetes. De este modo, y como no iban a poder descargar la porquería, pues no la recogían y ya está.


Menos mal que el sábado pudimos estar más tiempo juntos, por la mañana mientas se paseaban los del crucero por Plaka y por la noche cenando en Microlimano. El sabe que me gusta mucho, sé que es un lugar muy turístico, pero me encanta cenar junto al agua, viendo como se balancean los barquitos. Y no hubo problemas para conseguir mesa junto al mar a pesar de ser sábado noche, los restaurantes estaban casi vacíos. 

Le noto agotado. No duerme ni cuatro horas diarias. Temo que un día se duerma al volante y tenga un accidente. No es vida. Para que luego digan los alemanes que aquí no se trabaja. Aquí hubo unos cuantos que saquearon el país y se llenaron los bolsillos y ahora la gran mayoría, los griegos de a pie, pagan las consecuencias mientras los de siempre se apresuran a colocar su dinero en paraísos fiscales, no sea que alguien les reclame...

martes, 25 de octubre de 2011

Kρίση (Crisis)


Hace tres años que no escribo aquí, de hecho se me había olvidado hasta la contraseña.

Resumiendo, sigo sin conocer más islas griegas que Creta, a la que fui este verano con...mis amigas. Mi chico griego trabaja más horas si cabe que antes. Muchas noches no va a dormir y luego se pasa el día echándose microsiestas en el bus entre viaje y viaje. Por supuesto sigue sin tener vacaciones ni librar ni un sólo día a la semana, hace 365 días al año y con un mínimo de dieciséis o dieciocho horas diarias. ¿Suena increíble, verdad? Yo tampoco podía creerlo antes...Pero es lo que hay. Y con las condiciones actuales en Grecia, con un canto en los dientes. O eso debe pensar su jefe, que no deja de incrementar sus negocios a costa de...lo mucho que trabaja.

Pero así están las cosas en este país. Mal no, fatal. Y la gente de a pie está cansada, muy cansada de trabajar cada vez más y que les cunda cada vez menos, de que desde Europa se les tilde de vagos o derrochadores y se les eche la culpa de todos los males que aquejan a la UE.

Estuve en Atenas hace una semana. Hacía tres meses que no iba y he notado más cambio que nunca. Llegué con un retraso de dos horas (un problema con el radar de Atenas, nos dijeron una vez en el avión) y me encontré con la enésima huelga de transporte público: ni metro, ni cercanías, ni autobuses, ni taxi. Todos bloqueados en el aeropuerto, a más de treinta kilómetros de Atenas. Mi chico, por supuesto, tenía trabajo, así que mandó a un amigo (gracias, Georgios) a recogerme. Cuando al fin llegó nos fuimos a cenar a nuestro restaurante favorito en Psirri. 
Y ya empecé a notar que algo había cambiado en la ciudad. Atenas no se distingue por su limpieza, pero las calles estaban llenas de bolsas de basura desparramadas por las aceras e inundando las calzadas, regadas de cal viva por aquello de desinfectar, supongo. Y no había gente. En una ciudad tan turística y tan mediterránea es raro. Pregunté a mi chico y me contestó, encogiendo los hombros: krish. El restaurante estaba vacío. Vale, era un jueves por la noche, pero yo nunca lo había visto así, cuatro personas en la terraza y dentro, nadie. El camarero nos invitó a elegir el lugar que más nos gustara, esa noche no había problema: krish.