jueves, 17 de agosto de 2017

Suecia: Estocolmo. Ayuntamiento y Palacio de Drottningholm

La taquilla del Ayuntamiento de Estocolmo abre a las nueve de la mañana, igual que la de la torre. Pero para subir a la torre hay turnos de 30 personas como máximo por razones de seguridad y cada 40 minutos.



Así que muchos días se agotan, sobre todo las de la tarde. Por eso a las nueve menos cuarto ya estábamos haciendo cola. Y cogimos hora para subir a la torre para las 11:10. Seguidamente fuimos a la taquilla de las visitas al Ayuntamiento, que está enfrente.


Las visitas son solamente guiadas y hay en varios idiomas. En verano también hay en español. Y como la primera visita en español era a las 10 nos hemos ido a dar una vuelta antes. Hemos cruzado desde Kungsholmen, la isla donde está el Ayuntamiento, hasta Riddarholmen, la isla de los Caballeros, porque desde allí hay unas vistas estupendas del Ayuntamiento. 


Y de paso hemos dado una vueltilla por allí. A las 9:55 estábamos en el hall de entrada del Ayuntamiento. Nos han ido organizando por grupos según el idioma elegido: inglés, francés, chino o español.



Primero hemos pasado al enorme Salón Azul, donde se hace la cena de la entrega de los premios Nobel cada año. Más de 1000 invitados abarrotan ese día esta sala. Que en realidad no es azul, sino que el arquitecto cuando vio el efecto que hacía el color de los ladrillos decidió dejarlo así.



Por ese motivo de azul no hay nada en toda la sala, sino que predomina el rojo de los ladrillos, el gris del granito de las escaleras y columnas y el dorado de los adornos. Subimos la escalinata y pasamos por varias salas, entre ellas el Salón del Consejo o Radssalen, que tiene un techo que recuerda a una nave vikinga. 




Después, para finalizar, llegamos al gran Salón Dorado, llamado así porque todas sus paredes están recubiertas de teselas doradas y de colores representando diversos aspectos de la historia de la ciudad. En total la visita creo que no ha llegado a los 45 minutos, así que llegamos con tiempo de sobra a la torre, de 106 metros de altura.


Se sube hasta el quinto piso, más o menos la mitad, en un ascensor y el reto por unas escaleras, pero la panorámica de 360º al llegar arriba es impresionante.



Hemos salido hacia T Centralen, la estación central de Estocolmo que está relativamente cerca del Ayuntamiento. Allí cogimos unos pases de 24 horas para el metro. La idea es ir hasta el Palacio de Drottningholm combinando metro y autobús. 


Al principio pensamos ir en barco desde el embarcadero que hay al lado del Ayuntamiento. Pero hemos pensado que igual no merecía la pena. Seguramente es más rápido en metro y autobús. Y el Palacio cierra a las 4:30, así que no queremos descuidarnos.



Subimos a la línea verde del metro en dirección a Hasselby Strand. En la estación de Brommaplan hemos bajado para coger un autobús. Hay varios que llegan hasta el palacio. Nosotros el primero que hemos visto ha sido el 176. Y se puede pagar con la misma tarjeta del metro.




Pocas paradas más tarde llegábamos justo enfrente del Palacio de Drottningholm. La entrada del tiene un precio de 110 coronas suecas, algo más de 11 €. Se puede coger combinada con el Pabellón Chino.



El palacio empezó a construirse en el siglo XVI y su nombre significa "isla de la reina" porque el rey Juan III lo mandó construir como regalo para su esposa Katarina. Tras años de esplendor y de ser conocido como el palacio de las reinas, sufrió un tiempo de abandono hasta que se empezó a restaurar a principios del siglo XX y hoy es una de las residencias de la familia real sueca.




Decidimos que en vez de ver el Pabellón Chino daríamos un paseo por los extensos jardines que lo rodean. En realidad los jardines son dos, el barroco, con avenidas arboladas, fuentes y estatuas y el inglés, con estanques, canales, árboles, puentes...



Se puede dar una vuelta por los alrededores de los lagos, llenos de patos, cisnes... Un lugar realmente bonito y tranquilo.




Cuando nos cansamos de tanto bucolismo cogimos el autobús de vuelta, esta vez el 232 cuya parada final es Brommplan y de nuevo el metro, esta vez hasta la estación de Gamla Stan, justo en la ciudad vieja. 





Seguimos paseando un buen rato, parando en cafeterías y tiendas de helados. Y hemos pensado que lo mejor sería ir un ratito al hotel a descansar y después salir otra vez por la noche, a ver si podíamos hacer alguna foto nocturna en Estocolmo.




Por la noche había menos turistas, pero de todas formas había mucha gente por la calle. El tiempo acompañaba y las terrazas estaban llenas. Estuvimos por Gamla Stan y en Stortorget haciendo fotos. Después bajamos hasta la Isla de los Caballeros para hacer una foto del Ayuntamiento. 





Pero la iluminación nocturna en Estocolmo deja bastante que desear. Me costó un montón que saliera alguna imagen decente, sobre todo del Ayuntamiento. Rodeamos el Parlamento y el Palacio Real y cruzamos por uno de los puentes a una zona en la que había un concierto muy animado. 




Hemos paseado un poquito más y ya hemos cogido el metro de vuelta al hotel. Hoy hemos andado muchísimo y tenemos los pies pelín machacados.


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