Pasear una mañana soleada de invierno por el centro de Atenas es un regalo para los sentidos. No hay muchos turistas y la temperatura puede ser muy agradable. Mi recorrido suele ser siempre parecido, con las pequeñas variantes que se dan al perderte, intencionadamente, por las callejuelas de Plaka, Monastiraki o Anafiótica.
Siempre encuentro rincones nuevos, joyas ocultas, casa antiguas que se caen a trozos por el abandono y que me hacen soñar con tener suficiente dinero para comprarlas, restaurarlas y tener allí un maravilloso lugar en el que vivir.
Siempre encuentro rincones nuevos, joyas ocultas, casa antiguas que se caen a trozos por el abandono y que me hacen soñar con tener suficiente dinero para comprarlas, restaurarlas y tener allí un maravilloso lugar en el que vivir.
Me da mucha pena el estado de abandono que se observa por los viejos barrios de Atenas. Y a esto se han unido en los últimos tiempos los grafiteros. Que conste que no estoy en contra de ellos, pero hay que saber el cómo y el dónde. Porque hay auténticas obras de arte y auténticos atentados contra el patrimonio. Y yo nunca había visto tantos grafitis como últimamente. Será un efecto más de la crisis.
Otra cosa que no había visto nunca en Atenas es una batucada. En plena plaza de Monastiraki. Ya desde Pandrosou se podían escuchar los tambores. Seguí a mis oídos y los encontré allí, tocando, bailando, animando al montón de gente que se congregaba en los alrededores.
La batucada es música de percusión cuyo origen primero estaría en las culturas africanas pero a la que a veces se le considera una derivación de la samba y que nació en Brasil. El director marca también los pasos de las coreografías que siguen los tamboristas y en muchos casos llevan bailarines. Consiguen contagiar su alegría y su energía y eso es algo de lo que estamos muy necesitados.
La primera vez que vi una batucada fue en París, en los alrededores del Canal de Saint Martin. Y ya me enganchó. Luego he tenido la suerte de tener en mi ciudad a La Torcida, que participan en talleres, fiestas ... allí dónde se necesite un poco de animación.
Por eso me ha alegrado mucho encontrar un grupo en Atenas. Si en algún sitio se necesita ahora animar un poco a la gente es allí. Y si conseguimos olvidar por unos momentos la realidad y los problemas, pues genial.
Así que esta mañana ha sido diferente. Y quiero pensar que no será la última vez que los vea por allí.
1 comentario:
¡cómo anima la batucada!
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