sábado, 27 de septiembre de 2014

Turquía: Llegada a Estambul


Estamos en Estambul, la mítica ciudad que primero se llamó Bizancio y después Constantinopla.
Hemos llegado ya de noche y desde el avión se podía ver que es enorme. Alrededor de 15 millones de habitantes repartidos entre dos continentes: Asia y Europa. 

La ciudad fue fundada con el nombre de Bizancio por los antiguos griegos de Megara en honor de su líder, Bizas, que pensó que aquel emplazamiento en el estrecho del Bósforo y junto al Cuerno de Oro era estratégicamente muy ventajoso. Estuvo sucesivamente en manos de persas, espartanos, atenienses y macedonios hasta que la ciudad se pasó a formar parte del Imperio Romano. 


En el siglo III, con Constantino I, cambió su nombre por el de Constantinópolis y se convirtió en capital del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino. De aquella época data Santa Sofía, mandada construir por Justiniano I. 
La ciudad creció en importancia y riqueza gracias a su situación estratégica entre oriente y occidente y al control que ejercía sobre las rutas comerciales que llegaban de Asia, hasta su decadencia en el siglo XV y posterior caída en manos de los turcos liderados por Mehmet II.


Durante el período otomano la ciudad se llenó de mezquitas, ya que cada sultán construía una para conmemorar su reinado, Además se construyeron bazares, palacios, baños...
En 1923, y con la llegada de la república a Turquía, Estambul dejó de ser la capital en favor de Ankara.


La ciudad nos ha recibido con lluvia. Han salido del hotel con paraguas para coger nos las maletas y evitar que nos mojemos. Muy amables. 


El hotel está al lado de una parada de tranvía y de una mezquita. Así que oiremos varias veces la llamada a la oración. Espero que eso no nos impida descansar, porque mañana tenemos mucho que hacer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Guay!