Hoy es domingo, así que empezamos el día en el mercado de
Camden. Paramos en la estación de metro de Camden Town, que los domingos se usa sólo para las llegadas debido a las aglomeraciones de gente que se dan. A la vuelta hay que ir hasta Chalk Farm.
Camden Town es una zona dentro del barrio de Camden que se distingue por ser más alternativa y por englobar a un montón de culturas y de formas de vida, Y eso se refleja en su famoso mercado. Al salir del metro empieza a verse jaleillo, tiendas y puestos de todo tipo. Antes de llegar al puente, a la izquierda, ya hay una zona muy animada, pero hay que pasar el Regents Canal.
De nuevo a la izquierda hay una especie de plaza llena de locales, tiendas y restaurantes donde se puede encontrar absolutamente de todo. Me gustó mucho el colorido edificio de Camden Look Market.
Pero lo que me pareció mas impresionante fue el laberinto de tiendas de Stables Market. Este área fue utilizado para cuidar a los caballos que resultaban heridos tirando de las barcazas del canal y hoy albergan una multitud de tiendas y toda la zona cuenta con bronces de caballos o alegorías de la actividad que se daba aquí.
En definitiva es un lugar para perderse horas y horas y en el que encontrar desde trajes de fiesta de segunda mano a ropa gótica, étnica, militar... pasando por librerías, tiendas de artesanía, comida de todos los rincones del mundo...
Antes de irnos entramos en Ciberdog. Una tienda que hay que ver porque es diferente. Y después decides si te gusta o no. Luces de neón, gogós, DJs, complementos y ropa de colores fluorescentes, diseños vanguardistas, rave, new age, ciberpunk... También hay una zona de juguetes sexuales y ropa fetichista.
Dejamos Camden y fuimos hasta la estación de metro de
London Bridge, al mercado de
Borrough a comer, pero no sabíamos que hoy estaba cerrado. Aún así hay varios restaurantes en la calle y nosotros elegimos uno que tenía comida mediterránea, desde paellas y chorizo españoles hasta falafel, hummus, brochetas de pollo que preparaban con ensalada y queso envueltas en tortitas... O incluso hamburguesas.
Comimos en la calle, al lado de la
Catedral de Southwark. Entramos a verla y me encantó. Aunque su origen es muy anterior, tras el incendio de 1212 se reconstruyó en estilo gótico. Una señora mayor muy educada nos explicó algunas cosillas y además tuvimos la suerte de que un coro estaba cantando. Desde el jardín que rodea la iglesia hay una bonita vista del rascacielos
The Shard.
Tras ver el
Golden Hind, el barco del pirata Drake, y el HMS Belfast, hemos pasado el London Bridge y la
Hay's Galleria, que originalmente era un muelle (el muelle del heno) del puerto de Londres, reconstruido en los 80 y que hoy alberga oficinas y tiendas.
Paseamos por la orilla del Támesis hasta el moderno ayuntamiento y el
Tower Bridge. Y ademas con la suerte de ver dos veces como se levantaba para que pasara un barco: la primera estábamos en la orilla sur y la siguiente ya sobre el puente.
Llegamos a la
Torre de Londres, una gran fortificación que a lo largo de su historia ha sido residencia real, prisión o arsenal. Durante el periodo en que funcionó como prisión aquí fueron encerrados o ejecutados muchos personajes históricos como Tomás Moro, Ana Bolena o Jane Grey (nieta de María Tudor y reina de Inglaterra durante nueve días)
Subimos otra vez al metro en Tower Hill hasta Embankment. Justo a la salida están los
Victoria Embankment Gardens y como allí hay un montón de sillas plegables que se pueden regular como las de playa, pues nos hemos quedado a descansar un rato al sol.
Y ha llegado una coral de niños que nos ha amenizado la siesta con canciones y la actuación de su director, un verdadero showman.
Recuperadas las fuerzas con unas bebidas, llegamos a
Trafalgar Square y bajamos por Whitehall hasta
Horse Guards Parade, un gran campo de desfile donde se lleva a cabo la ceremonia anual de Trooping the Colour, realizada por los regimientos del ejército británico y otros de la Commonwealth. Formaba parte del Palacio de Whitehall, residencia principal de los reyes en Londres hasta que fue destruido por el fuego en 1698.
Por aquí entramos y cruzamos Horse Guards Road hasta
St. James's Park, el más antiguo de los parques reales de Londres. Bordeando el lago llegamos hasta el puente desde el que se tienen unas preciosas perspectivas del London Eye y Horse Guards Parade y del otro lado de
Buckingham Palace.
Cruzamos el puente y llegamos al Palacio de Buckingham. No vimos por la mañana el famoso cambio de Guardia pero hemos podido ver a los Coldstream Guards con sus característicos gorros altos de piel de oso, los bearskin o busby, en sus garitas.
Este palacio es la residencia oficial de la monarca británica. Solamente puede visitarse unas pocas semanas en verano y recomiendan reservar las entradas. De todas formas en junio aún no estaba abierto al público.
Después de un día con un tiempo más que aceptable, a última hora ha empezado llover y a hacer viento, pero ya era una buena hora para regresar.