Hoy hemos vuelto de Jordania. Ha sido un viaje maravilloso, todo ha sido perfecto, bueno con la excepción del hotel de Amman...
Hemos tenido la suerte de contar con un guía de los buenos, de los que saben perfectamente de lo que hablan, con sentido del humor pero sin ser el típico graciosillo. Ha sido una suerte contar con él y ser un grupito de ocho personas. Casi personalizado. Hemos andado mucho, trepado, subido cientos de escalones, sufrido las consiguientes agujetas, hemos tenido nieve, lluvia, niebla, calor, sol, hemos flotado en el Mar Muerto y subido las rojas dunas de Wadi Rum, dormimos en el desierto en una jaima de pelo de cabra y cenamos con los beduinos y conocimos unos lugares y unas gentes inolvidables. Y fotos, muchísimas fotos.
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