lunes, 5 de marzo de 2012

Desesperación y hambre

Parece ser que en sólo tres años la tasa de suicidios en Grecia ha pasado de ser la más baja a ser la más alta de Europa. La crisis económica, el miedo al futuro, las deudas o la falta de trabajo están incrementando los casos de ansiedad, angustia o depresión que llevan a que mucha gente opte por poner fin a sus problemas de la manera más drástica posible. Y todo esto sin contar los suicidios que nunca se contabilizarán porque son disfrazados de accidentes. En este pais la Iglesia Ortodoxa tiene aún mucho poder y niega los servicios religiosos a los suicidas. Así que la mejor solución es un suicidio que no lo parezca. Así se podrá hacer la "vista gorda" y no habrá problemas a la hora de enterrar en sagrado.


Este fin de semana me ha tocado de cerca. El sábado, a última hora de la tarde me llamaba mi novio, muy nervioso, diciéndome que había tenido un problema, que había atropellado a una señora. Intenté tranquilizarle diciéndole que estaba segura que la culpa no era suya, que seguro que ella se despistó, que las personas mayores muchas veces cruzan sin mirar.

Cuando volvió a llamarme, después de hablar con la policía, me contó que los agentes le informaron de que habían encontrado una carta entre la ropa de la mujer explicando que quería poner fin a su vida, que estaba jubilada, la pensión no le llegaba para nada, no tenía familia...
Por suerte (eso creo) no falleció. Está grave pero parece que su vida no corre peligro.

Pero todo esto me hace pensar y preguntarme qué es lo que se le está haciendo a la gente. Que pasa en un pais en el que los adultos se suicidan y a los niños tienen que darles de comer en los colegios porque se desmayan de hambre. "Hay casos de alumnos de familias pobres que pasan todo el día en la escuela sin comer nada. Desde el principio del año escolar fueron mencionados cuatro casos de desmayos por hambre", declaró a Efe el secretario general de la Federación de Profesores de Enseñanza Secundaria (OLME), Zemis Kotsifakis, en una entrevista en diciembre. O de padres que abandonan a sus hijos porque no pueden mantenerlos. Situaciones que no se vivían desde la posguerra.

No hay comentarios: