Hoy estoy verdaderamente agotada. Mi anemia registra niveles de récord, pero es que hoy, además, hemos tenido huelga general, la primera que le hacen a Rajoy, entre otras cosas para celebrar su inspirada reforma laboral.
Creo firmemente que la huelga no sirve absolutamente para nada y por eso estaba dispuesta a ir a trabajar y por lo menos que no me chulearan descontándome ciento y pico euros por un trabajo que, si ni lo hacía hoy, lo haría mañana a mayores. Así que negocio redondo para la empresa, se ahorran un día de sueldo y el trabajo sale igual. Y como soy perro viejo, pues lo siento, pero estoy cansada de hacer el tonto.
Igual funciona si ponemos una velita al santo, como es gallego... |
Y qué decir del representante sindical, que tras dos llamadas de teléfono se ha dignado a aparecer cinco minutos, decir que ya estaba todo arreglado (ja), y largarse por dónde había venido.
Poner rumbo a las antípodas también puede ser una solución. |
Se recortará en lo que ya sabemos, en sanidad, educación, seguridad, investigación... Que pena de país donde toda una generación de jóvenes brillantes de entre veinte y treinta años tiene que hacer la maleta y largarse si quiere tener un futuro digno y no mierdas de trabajos de seiscientos euros al mes y disposición absoluta.
Creo que lo de Grecia se nos va a quedar pequeño. O alguien pone las cosas claras o nos vamos a la mierda. Al tiempo.
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