martes, 7 de julio de 2015

Bélgica: Gante, la ciudad natal de Carlos V.

Hoy no ha habido rebaja en el billete de tren. De hecho nos ha costado más que ayer y es la mitad del trayecto. También nos ha cambiado un poco el tiempo y está más fresco y nublado.
Y hemos decidido coger un tranvía para acercarnos al centro porque, aunque no está muy lejos de la estación, la verdad es que la caminata de ayer se nota.


El tranvía número uno tiene su parada muy cerca, a la izquierda de la estación de Sint Pieters y nos ha dejado muy cerca del palacio de Geeraard Duivelsteen,  Gerardo el Diablo, un antiguo edificio de piedra oscura, gótico del siglo XIII, y que fue utilizado como vivienda, monasterio, manicomio, orfanato, cárcel ... Hoy funciona como archivo Estatal.


Siguiendo la calle Limburgstraat, a pocos metros encontramos la Catedral Sint Baafs o de San Bavón que desde hace un par de años está en obras de restauración y llena de andamios, sobre todo la torre. Se trata de un gran templo gótico construído sobre otro anterior de estilo románico del que aún quedan restos. Aquí fue bautizado en 1500 Carlos V.


Su interior es impresionante y guarda tesoros artísticos entre los que destaca el tríptico de la Adoración del Cordero Místico, de Hubert y Jan Van Eyck.


La puerta principal de la Catedral se abre a la Sint Baafsplein, una bella plaza en la que también encontramos el teatro flamenco Nederlandse Schouwburg.


El Lakenhalle o mercado de tejidos es de estilo gótico bravantino y en él que destaca la majestuosa torre o Beffort, coronada con una veleta en forma de dragón.


A la torre se puede subir previo pago de seis euros y esta vez fuimos temprano, no pasara lo que en Brujas. Nos armamos de valor cuando vimos que tenía 91 metros y que era una de las más altas del mundo y comenzamos a subir escaleras. Y en el primer piso descubrimos el ascensor. Y nos olvidamos de las escaleras.


En cada planta hay una pequeña exposición. En la primera está el dragón de la veleta, sustituido por otro debido a su deterioro. La leyenda dice que un rey vikingo se la regaló al emperador bizantino para que adornara la cúpula de Santa Sofía en Constantinopla, pero que, años más tarde, un conde flamenco la trajo de regreso y desde 1377 vigila desde lo alto del Beffort.


En la segunda planta hay una colección de campanas, y en la tercera la famosa campana Roeland, que se usaba para advertir a los ciudadanos cuando se acercaba el enemigo o se ganaba alguna batalla. Carlos V ordenó su destrucción cuando Gante se levantó contra él pero los ciudadanos volvieron a fundirla años más tarde. Y en el siguiente piso está el carillón del reloj.


Finalmente en la última planta hay un precioso mirador que está alrededor de toda la torre y desde el que se obtienen vistas espectaculares de la ciudad de Gante.



El Stadhuis, el ayuntamiento, tiene dos partes, una más antigua, del gótico florido con abundantes esculturas ornamentales y otra renacentista y queda también muy cerca.


Casi al lado, la iglesia Sint Niklaas, gótica también, pero del siglo XIII. El interior tiene tres naves y también estaba en obras.



Korenmarkt es la plaza principal de Gante y antiguamente era el Mercado del Grano. Es grande y está llena de terrazas y de gente yendo y viniendo. Además de la Iglesia Sint Niklaas destaca en ella el antiguo edificio de Correos, de estilo gótico renacentista, hoy centro comercial.


Llegamos hasta el puente de San Miguel o Sint Michielsbrug, llamado así por la iglesia Sint Michielskerk, otra de las iglesias góticas de Gante, edificada al lado del canal.



Desde el puente hay unas bonitas vistas de Graslei y Korenlei, los principales muelles del viejo puerto de la ciudad. Aquí se encuentran las casas de los principales gremios que comerciaban en Gante.


Graslei significa "calle de las hierbas y las hortalizas" aludiendo a las mercancías que llegaban a la orilla derecha del rio Leie y cuenta con muchos edificios notables como la Casa de los Barqueros Francos, la Casa de los Medidores de Grano, la Casa del Recaudador de Tributos, la Casa de los Impuestos del Grano, La Casa de los Albañiles...





Korenlei se traduce como "La calle del trigo", está en la margen izquierda del río Leie y cuenta también con edificios gremiales.


Hemos parado en una de las terrazas de Graslei porque empezaba a llover y tenía un buen toldo. Allí nos hemos tomado unas cervezas y hemos pasado lo menos una hora viendo el ir y venir de la gente, porque enfrente estaba uno de los embarcaderos de excursiones. No estaba tan lleno como en Brujas pero no faltaba gente.


Hemos pasado por el puente Grasburg para después dirigirnos hacia la plaza Sint Veerleplein, al lado del Castillo de Gante y rodeada de palacios. En su centro, la picota del siglo XV, el lugar donde se realizaban las ejecuciones públicas.


Gravensteen, el Castillo de Gante es impresionante. Es el edificio de la época feudal más importante de Bélgica y fue construido en el siglo IX por el conde de Flandes Balduino Brazo de Hierro y reconstruido por Felipe de Alsacia en 1180, aunque desde entonces ha tenido varias reformas y reconstrucciones.



Es de piedra caliza oscurecida por el tiempo y en el interior se puede visitar el torreón y subir a sus almenas, la sala de audiencias, las habitaciones de los condes, las prisiones y varias estancias más.




También hay una exposición sobre la tortura pero a mí lo que más me ha gustado ha sido la arquitectura medieval del castillo.


Alrededor del castillo hay un barrio con casas antiguas que están siendo rehabilitadas. Está muy bien perderse por él para saborear el ambiente de la zona.



Ya casi para despedirnos hemos ido hacia la plaza de Vrijdagmarkt  que es enorme y me ha sorprendido porque tiene algunas casas preciosas, casi todas del siglo XVIII. Hay terrazas, restaurantes y además aquí está una cervecería en la que se pueden encontrar más de 250 cervezas belgas. Se llama Dulle Griet y es famosa porque sus vasos (de más de un litro) son tan originales que hay que dejar un zapato en prenda en uno de los cubos que cuelgan del techo.



Muy cerca está Sint Jacobskerk, la iglesia de Santiago que es una gran parte románica pero que ya estaba cerrada.



Tomamos un sándwich y una cerveza y al poco rato fuimos a buscar el tranvía número uno que nos llevaría de nuevo a la estación de trenes de Saint Peers.


En la estación fue un poco de risa porque no teníamos ganas de ir en un tren de los cutres, y como el primero que llegó con dirección Bruselas Norte era de los viejos, pues dijimos que nos esperábamos al siguiente. Total que una hora más tarde seguíamos allí con un ataque de risa porque ningún tren nos gustaba. Finalmente llegó uno de los de dos pisos y ya decidimos que habría que montar sí o sí.
Llegamos pronto a Bruselas pero la verdad es que el cansancio acumulado era tal que al llegar al hotel nos tiramos en la cama y ni siquiera salimos a tomar una copa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué eleGANTE eres...
;-)))