lunes, 23 de noviembre de 2015

Baeza

Baeza es una pequeña ciudad situada en el centro geográfico de Jaén, de no más de 13.000 habitantes y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2003 junto a Úbeda.

Es sede de la Universidad Internacional de Andalucía y perteneció a Al Andalus hasta que los cristianos la conquistaron, definitivamente en 1.227, aunque anteriormente ya fue arrasada tras la batalla de las Navas de Tolosa, en 1.212. Esta zona está habitada desde la prehistoria y por aquí han pasado todas las culturas presentes en la Península Ibérica: íberos, romanos, visigodos, musulmanes y castellanos.


La mayor parte de sus monumentos datan del siglo XVI y el XVII, cuando se construyeron edificios públicos y administrativos de un uniforme estilo renacentista.


Llegamos por la mañana. Lucía un sol espléndido y hacía un viento helador, no había más de cinco o seis grados, pero al sol parecía que hacía calor. Aparcamos en la Plaza de la Constitución. Aunque había que pagar, porque era zona azul, tampoco salía muy caro y así estábamos al lado de todos los monumentos importantes.



Empezamos por ir hacia el Ayuntamiento, emplazado en un palacio plateresco, probablemente del arquitecto Andrés de Vandelvira, en el cual se encontraban la antigua cárcel y el Palacio del Corregidor.


La Iglesia y el antiguo Convento de San Francisco, también de Vandelvira, sufrieron un terremoto y el saqueo de las tropas napoleónicas a principios del siglo XIX que hicieron que se desmontaran las cubiertas de la Capilla de los Benavides, la capilla mayor de la iglesia. De la gran bóveda cruzada que la cubría sólo queda una moderna estructura de acero. Actualmente alberga al Auditorio Municipal.



Volvimos hacia la Plaza de la Constitución, porticada como las plazas castellanas, y nos dirigimos hacia la catedral. Pero primero pasamos por la Plaza de Santa Cruz, en la que sobresale la fachada de estilo gótico isabelino del Palacio de Jabalquinto, que alberga dependencias de la Universidad Internacional de Andalucía, y que tuvimos la suerte de poder visitar por dentro porque todavía no eran las dos de la tarde, hora en la que cerraban.



Su fachada está ricamente decorada con puntas de diamante, pináculos, escudos, lazos, florones, mocárabes... Y coronada por una galería renacentista columnada, parecida a la del Palacio del Infantado de Guadalajara.



Lo mandó construir Juan Alfonso de Benavides, consuegro del noble y poeta Jorge Manrique, en el siglo XV. Tiene un fantástico patio renacentista con dos cuerpos y columnas de mármol, y una monumental escalera barroca.


La Iglesia de Santa Cruz, que da nombre a la plaza, se halla frente al palacio y es una de las pocas iglesias de estilo románico que se conservan en Andalucía. Data del siglo XII y conserva un arco de herradura y pinturas en su interior.


Cerca, a pocos metros, está la Plaza de Santa María, con el Seminario de San Felipe Neri,  la Catedral y la Fuente de Santa María, del siglo XVI y mandada construir por el concejo para conmemorar la traída de aguas.



La Catedral de Santa María está en la parte alta de la plaza y se edificó sobre lo que fue la mezquita Aljama, la principal de la ciudad. Se proyectó en estilo gótico pero los problemas que sufrió hicieron que finalmente fuera Vandelvira el encargado de la reconstrucción en estilo renacentista. El claustro y algo del interior conservan el estilo gótico, pero la torre es barroca.



Rodeamos la Catedral y por detrás llegamos a una serie de callejas estrechas, entre muros de piedra y con arcos abiertos en la muralla.




Era como estar en otra época, caminando hasta el Paseo Antonio Machado, sin cruzarnos con un alma y escuchando sólo nuestros pasos dentro del más absoluto silencio.



Después de comer dimos un paseo hasta el Torreón de la Puerta de Úbeda, una gran torre almohade del siglo XII que formaba parte de las defensas de la ciudad y desde allí bajamos por la calle San Pablo y tomamos un  café en una cafetería cercana a la Plaza de España.



Volvimos a cruzar la Plaza de la Constitución, conocida también como Plaza del Mercado, rodeada de soportales donde desde hace siglos mostraban sus mercancías los artesanos de la ciudad.



También aquí está la Alhóndiga, una lonja dónde se compraban y vendían grano y otras mercancías y en cuya fachada  puede verse el escudo de Castilla y León.


La Plaza del Pópulo está muy cerca y es otro de los grandes conjuntos artísticos de Baeza. En el centro está la Fuente de los Leones, de probable origen íbero y procedente de Cástulo, coronada por la estatua femenina que la tradición identifica con Himilce, la esposa íbera del general cartaginés Aníbal.


A los lados de la plaza están: las Reales Carnicerías, el edificio de la Audiencia Civil y Escribanías Públicas, en el que está la oficina de turismo, y la Puerta de Jaén y el Arco de Villalar.
Las Reales Carnicerías fueron construidas en 1547 y funcionaron como matadero público hasta mediado el siglo XX, aunque parezca más la casa de un noble. Su parte superior probablemente era un secadero de pieles y hoy alberga los Juzgados.


La Antigua Audiencia Civil y Escribanías Públicas cuenta con una bella fachada plateresca del siglo XVI y está unida a la Puerta de Jaén por un balcón junto al que había una capilla donde, según la tradición, rezaban los soldados cristianos antes de partir hacia combate con los musulmanes.


La Puerta de Villalar se construyó con motivo de la visita a la ciudad del Emperador Carlos V, para celebrar la batalla que ganaron los imperiales a los comuneros.

Dejamos Baeza y partimos hacia la cercana Úbeda, donde dormiremos estos días y desde donde nos desplazaremos por la provincia de Jaén.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantas...

Cdeiscar dijo...

Gracias

Anónimo dijo...

Espero que hayas podido disfrutar de estos días de fiesta como tú querías, viajando o en casa con la familia o disfrutando de cualquier otra manera.
Te deseo lo mejor para el nuevo año que pronto comenzará. Yo te seguiré...
A mi callejera viajera preferida.
Un besote.

Cdeiscar dijo...

Ojalá que el año que pronto comenzará traiga un poco de paz y tranquilidad a este viejo mundo que tanto las necesita. Mientras tanto seguiremos adelante, sin miedo a vivir y a disfrutar de cada día de nuestra vida.
Felices fiestas.

Anónimo dijo...

Muaaa!