lunes, 8 de febrero de 2016

Sevilla: Catedral, Real Alcázar y Casa Pilatos.

Nos hemos levantado prontito y llegamos al Alcázar de Sevilla media hora antes de que abriera. Aún así ya había cola ante la Puerta del León, no mucha, pero no éramos los primeros. Me he entretenido yendo hacia el Archivo de Indias, que está justo al lado y haciendo algunas fotografías del exterior del imponente edificio mandado construir por Felipe II sobre planos del arquitecto Juan de Herrera para guardar los documentos relacionados con los territorios americanos y Filipinas.


Aunque había edificaciones anteriores, el Real Alcázar comienza a tomar forma tras la conquista musulmana de la ciudad y el primitivo palacio islámico es de la misma época que los palacios nazaríes de la Alhambra de Granada. Los almohades también añadieron palacios, pero fue tras la conquista de Sevilla por Fernando III cuando se convierte en residencia real de los reyes castellanos. 



Alfonso X añadió tres grandes salones de estilo gótico, pero el verdadero creador y el que le dio casi su forma actual fue Pedro I, que mandó levantar el Palacio Mudéjar, sorprendente por la riqueza de sus adornos. 



Este palacio tiene dos patios principales, el Patio de las Doncellas, en torno al cual están las estancias oficiales, y el Patio de las Muñecas, la parte más privada.



El Patio de Doncellas recuerda a la Alhambra de Granada y a él se abren habitaciones como la Alcoba Real, el Salón de Embajadores, de planta cuadrada, arcos triples de herradura y cubierto por una cúpula dorada, o el Salón del Techo de Carlos V. 



El Patio de las Muñecas es mucho más pequeño y delicado. Está decorado con estucos y azulejos y recibe el nombre por las caritas de muñecas talladas en algunas columnas. Parte de las columnas y capiteles de este patio proceden de Medina Azahara. 


Desde este patio se accede a la Alcoba Real, que tiene dos salas principales divididas por arcos de herradura enmarcados por un alfiz.


Tras ver el Palacio Gótico y el Palacio Alto salimos a los jardines, pero tuvimos que refugiarnos del frío y la lluvia en la cafetería. Poco después salíamos por el Patio de Banderas.


La cola para ver la Catedral de Sevilla era imponente. Por suerte iba bastante rápida, así que en poco más de media hora hemos empezado a subir las rampas de La Giralda.



La catedral se comenzó a construir en estilo gótico tardío sobre la que fuese la mezquita aljama de Sevilla, de la que por suerte se conservaron el Patio de los Naranjos y el alminar, la Giralda. Es la catedral gótica mayor del mundo y, en general, la tercera tras San Pedro del Vaticano y San Pablo de Londres.



El interior es enorme, con el espacio dividido el cinco naves, una central y cuatro laterales cubiertas de bóvedas de crucería. Destaca la bóveda del crucero, en estilo gótico flamígero, que alcanza los 56 metros de altura.



Impresionan las rejerías platerescas, las vidrieras o el retablo del altar mayor, flamenco y de grandes dimensiones puesto que alcanza los 20 metros de altura, el mayor de España.


También podemos encontrar el mausoleo de Cristóbal Colón, que aunque murió en Valladolid y fue primeramente sepultado en el Convento de San Francisco de la ciudad castellana, posteriormente sus restos pasaron por la Cartuja de Sevilla, Santo Domingo, La Habana y Cádiz antes de ser depositados en la Catedral de Sevilla.


La Giralda era el alminar, erigido en el siglo XII, de la antigua Mezquita Mayor de Sevilla y es de estilo almohade, como la inacabada torre de Hassan en Rabat y la de la Koutoubia en Marraquech, ambas en Marruecos. Tras la reconquista cristiana se añadió el campanario renacentista y un adorno o veleta llamado Giraldillo que dio su nombre a la torre.




Desde sus aproximadamente cien metros de altura se divisa la ciudad casi a vista de pájaro y se pueden contemplar el Real Alcázar, el Palacio Arzobispal, la Torre del Oro y la de la Plata, la Plaza de Toros de la Maestranza ...




La Casa de Pilatos es un palacio sevillano perteneciente a la casa Ducal de Medinaceli que comenzó a construirse a finales del siglo XV.  Es monumento nacional desde 1931 y el edificio más visitado de Sevilla después de la Catedral y el Alcázar. Además aquí se han rodado muchas películas, entre ellas Lawrence de Arabia.


Los principales artífices del actual Palacio fueron Fadrique Henríquez, primer Marqués de Tarifa y su sobrino Per Afán de Ribera.


Fadrique Enríquez hizo una peregrinación a Jerusalén entre los años 1518 y 1520 y a su paso por Italia descubrió el arte renacentista que trasladó a su palacio sevillano, mezclando el nuevo estilo con el mudéjar. Per Afán de Ribera fue un gran coleccionista que enriqueció notablemente el palacio con obras de arte.


El patio principal es grande, de planta cuadrangular de unos 25 metros de lado. Está recorrido por galerías decoradas con yeserías y bustos, muchos de ellos procedentes de las ruinas de Itálica.


Tiene una fuente en el centro  y las columnas de mármol, compradas en Génova, sujetan arcos enmarcados en alfices islámicos y cuajados de yeserías que recuerdan a las del Real Alcázar.


A la planta superior se accede por una monumental escalera decorada con azulejos coloridos y cuyo techo es de madera tallada. En la escalera hay un cuadro que representa a un gallo. En realidad es una hornacina que, según la leyenda, guarda las reliquias del gallo que cantó tres veces cuando San Pedro negó a Jesús.



Desde este patio se puede acceder a los jardines decorados con logias y pabellones renacentistas.


El Palacio debe su nombre a un Vía Crucis que se celebraba en la Semana Santa sevillana y que justo tenía su primera estación en el palacio, que así sería la casa de Poncio Pilatos, llegando hasta el Calvario que estaría en el humilladero de la Cruz del Campo.


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