Cástulo fue una importante ciudad ibera, Capital de la Oretania y citada por Plinio el Viejo en sus escritos sobre Hispania. Está situada en las cercanías de Linares y se accede siguiendo la JA-4002 en dirección a Torreblascopedro. Hay un moderno centro de interpretación atendido por un personal muy amable.
Cástulo permanece poblada desde del III milenio aC, ligada a la llamada "Cultura de los Silos", hasta el siglo XV, en que se abandona en favor de Linares y Baeza y se ordena la demolición de las murallas y otros restos.
Durante la Edad del Bronce, Cástulo se erige como un destacado centro minero con la explotación de yacimientos de cobre, plomo y plata, formando parte de la cultura tartésica y atrayendo a comerciantes griegos y fenicios.
En el período ibérico la ciudad es un recinto fortificado u oppidum y pasa a ser la capital de la Oretania, que extiende sus fronteras desde Ciudad Real, en el norte, a Málaga, en el sur, y desde Cartagena, en el este, a Gibraltar, por el oeste. Acuña moneda propia y se alía con Cartago en la II Guerra Púnica, cuando Aníbal se casa con la princesa ibera Himilce.
Tras la victoria romana, Cástulo, que había abandonado a sus aliados cartagineses en el último momento aliándose con el general romano Escipión, adquiere la condición de ciudad libre e inmune, hasta que, en época imperial, pasa a ser municipio de derecho latino. Se construyen nuevos edificios: un teatro, un anfiteatro, templos, termas...
En época visigoda la decadencia de la ciudad es palpable y muchos de sus edificios son usados como cantera para la construcción de Baeza. Muestra de ello es la fuente de la Plaza del Pópolo, con los leones y la estatua de Himilce.
Con los musulmanes Cástulo prácticamente desaparece, sobre todo a raíz de la fundación de Bury al-Hamma (Baños de la Encina), y, aunque hay un pequeño repunte con la conquista cristiana entre los siglos XI y XIII, de cuya época data el castillo de Santa Eufemia, poco después es abandonada definitivamente y desaparece la que fue una de las ciudades iberorromanas más importantes.
Cástulo permanece poblada desde del III milenio aC, ligada a la llamada "Cultura de los Silos", hasta el siglo XV, en que se abandona en favor de Linares y Baeza y se ordena la demolición de las murallas y otros restos.
Durante la Edad del Bronce, Cástulo se erige como un destacado centro minero con la explotación de yacimientos de cobre, plomo y plata, formando parte de la cultura tartésica y atrayendo a comerciantes griegos y fenicios.
En el período ibérico la ciudad es un recinto fortificado u oppidum y pasa a ser la capital de la Oretania, que extiende sus fronteras desde Ciudad Real, en el norte, a Málaga, en el sur, y desde Cartagena, en el este, a Gibraltar, por el oeste. Acuña moneda propia y se alía con Cartago en la II Guerra Púnica, cuando Aníbal se casa con la princesa ibera Himilce.
Tras la victoria romana, Cástulo, que había abandonado a sus aliados cartagineses en el último momento aliándose con el general romano Escipión, adquiere la condición de ciudad libre e inmune, hasta que, en época imperial, pasa a ser municipio de derecho latino. Se construyen nuevos edificios: un teatro, un anfiteatro, templos, termas...
En época visigoda la decadencia de la ciudad es palpable y muchos de sus edificios son usados como cantera para la construcción de Baeza. Muestra de ello es la fuente de la Plaza del Pópolo, con los leones y la estatua de Himilce.
Baños de la Encina es un pueblo que no sé porqué no es más turístico. Tal vez eso sea una ventaja porque se puede visitar con mucha tranquilidad.
Tiene uno de los castillos, el de Burgalimar, más espectaculares de la provincia de Jaén, construido en tapial por los almohades. Su tamaño es considerable, ya que era un castillo que se destinaba para acuartelar tropas y no a vivienda de un señor. Su situación sobre un altozano que domina todas las tierras que lo rodean controlaba los accesos al Valle del Guadalquivir.
Tuvimos la inmensa suerte de que, a pesar de llegar tarde y de que ya había terminado la hora de la visita, la guía, una señora encantadora del pueblo, accedió a enseñárnoslo porque nos dijo que la daba mucha pena que nos fuéramos sin conocer por dentro del castillo de su pueblo.
El Castillo de Burgalimar es una fortaleza omeya mandada construir en el siglo X por el califa de Córdoba Al-Hakam II, con catorce torres originales y una Torre del Homenaje añadida por los cristianos tras su conquista. Es por eso uno de los castillos musulmanes más impresionantes y mejor conservados de España, Monumento Nacional desde 1931.
Durante siglos el castillo pasó de manos musulmanas a cristianas hasta su definitiva conquista por las tropas de Fernando III, que encargó su defensa a la Orden de Santiago. Durante el siglo XIX el castillo sufre los efectos de la invasión napoleónica y posteriormente es utilizado como cementerio municipal.
En su interior se han encontrado restos de un asentamiento de la Edad del Bronce relacionados con la cultura agárica, de un oppidum ibérico y de un mausoleo romano. Además hay un aljibe cubierto por una bóveda de medio cañón.
Desde el castillo se puede ver el río Rumblar que se forma en las cercanías por la unión de los ríos Pinto y Grande o Guadalevín, y en el cual hay un embalse que cubre el yacimiento arqueológico de Peñalosa.
Además del castillo, Baños de la Encina cuenta con un bonito y cuidado casco histórico y con monumentos como la Iglesia de San Mateo, varias ermitas y un molino de viento.
Tiene uno de los castillos, el de Burgalimar, más espectaculares de la provincia de Jaén, construido en tapial por los almohades. Su tamaño es considerable, ya que era un castillo que se destinaba para acuartelar tropas y no a vivienda de un señor. Su situación sobre un altozano que domina todas las tierras que lo rodean controlaba los accesos al Valle del Guadalquivir.
Tuvimos la inmensa suerte de que, a pesar de llegar tarde y de que ya había terminado la hora de la visita, la guía, una señora encantadora del pueblo, accedió a enseñárnoslo porque nos dijo que la daba mucha pena que nos fuéramos sin conocer por dentro del castillo de su pueblo.
El Castillo de Burgalimar es una fortaleza omeya mandada construir en el siglo X por el califa de Córdoba Al-Hakam II, con catorce torres originales y una Torre del Homenaje añadida por los cristianos tras su conquista. Es por eso uno de los castillos musulmanes más impresionantes y mejor conservados de España, Monumento Nacional desde 1931.
2 comentarios:
Un pueblo que no te esperas,precioso.
Tienes toda la razón. :)
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