lunes, 16 de mayo de 2016

Costa Rica: El Volcán Arenal

Pensé que seria bonito ver amanecer sobre las laderas del volcán, pero a las cinco y media de la mañana lo único que había era una niebla que ríete tú de las de Valladolid. La única diferencia son los grados. Gana Costa Rica 30º a 1º.


Por lo visto al Arenal le gusta jugar. Esperábamos que en algún momento despejaría. Así fue y a las seis y media ya podíamos ver la casi la mitad del cono desde el porche de la cabaña.


Por la mañana teníamos contratada una excursión a caballo a la Catarata Fortuna. A las 7:20 venían a recogernos pero media hora después, nada. Finalmente y tras solicitar al chico de recepción que por favor llamara a la empresa para ver que pasaba, nos han mandado un taxi. Al llegar nos han pedido disculpas, simplemente se olvidaron de recogernos. Bueno, un error lo tiene cualquiera.


La cabalgata hasta las cascadas ha empezado entre risas y nervios porque nunca habíamos montado a caballo. Pero tras una pequeña lección, nuestro guía, Arsenio, nos ha llevado primero hasta el mirador de la Catarata Pino Blanco, donde estaba la gente tirándose en tirolina.



Desde allí parte el sendero que llega hasta la Catarata Fortuna, en medio de un bosque con infinidad de especies vegetales que nos iba explicando el guía. Nos ha enseñado varias de helechos, una plantita pequeña que cerraba sus hojas cuando la tocabas (dormilona, creo), arbolillos de cacao e incluso algunos animales como un tucán.



El sendero tiene muchos escalones y atraviesa un puente colgante. Esta vez no he tenido problema, no era ni mucho menos tan impresionante como el de Capilano, así que parece que ese miedo ya está superado. Al menos por ahora.



La cascada tiene una altura de 75 metros y la forma el río Fortuna que cae desde la base del volcán Cerro Chato. Hay un mirador desde el que puede contemplarse enmarcada en un escenario natural y también puede bajarse hasta la base donde es posible darse un baño. Es un icono en la zona y probablemente la más bonita del país.


A la subida comenté que yo tenía que parar de vez en cuando por la anemia y el guía me dijo que allí tenían un remedio que tomaban en infusión. Y así lo dejamos. En la parte de arriba, cerca de donde habíamos dejado los caballos había un edificio de madera, con agua y unos bancos.


Estuvimos un rato descansando y charlando de nuestros países. Yo pregunté cosas que me habían llamado la atención, entre otras cosas el porqué de los tejados de chapa. Me dijo que la respuesta era simple: eran baratos aunque dieran mucho calor.


Y emprendimos la bajada. Los caballos supongo que están acostumbrados e iban a su aire, tan pronto al paso como al galope, pero sin problemas. Por el camino hemos parado en unas cabañas donde algunas mujeres de la tribu Maleku nos han explicado algo de sus costumbres.


Siempre vivieron en el entorno del volcán Arenal y eran principalmente agricultores. Ahora quedan unos 600 y tratan de conservar su idioma y sus costumbres. También fabrican y venden artesanía de madera como máscaras, colgantes, tambores de piel de iguana (animal que ellos comen y dicen que es estilo pollo)... Nos han invitado a una bebida suya hecha de jugos fermentados y hemos comprado una máscara y un colgante. Algunas de sus leyendas cuentan que en el interior del Arenal habitaba el dios del fuego, por lo que era sagrado para ellos.


Arsenio me ha sorprendido con una bolsita llena de trozos de una raíz que se llama cuculmeca . Me ha explicado que es muy buena para la anemia. Se prepara dejando durante una hora trocitos en un litro de agua fría. Después se hace la infusión en agua hirviendo. Se embotella en botella oscura y al frigorífico. Se toma un vasito pequeño cada mañana. No ha querido dinero, me ha dicho que era un regalo.


Después de dejar los caballos, la chica de recepción nos ha preguntado si no nos había contado que él mismo es maleku e hijo del chamán de la tribu. Que tío. No había dicho ni pío. ¡Ya podía saber de remedios!
Hemos comido allí una comida típica (gallopinto, plátano frito, carne de ternera...) y de vuelta a nuestro hotel. Lo justo para darnos una ducha, cambiarnos de ropa y salir pitando a hacer una caminata por las cercanías del volcán.


El Parque Nacional del Volcán Arenal tiene varios senderos y recorridos a cual más espectacular. El que hemos hecho nosotros termina en un mirador natural formado  por rocas volcánicas procedentes de las erupciónes que comenzó a tener el volcán en los años sesenta.

https://www.flickr.com/photos/mattlandry/297589488/sizes/z/in/set-72157594376579278/
Uno de los primeros signos del despertar que se dieron fue que las aguas del río Tabacón empezaron a salir calientes, y así siguen, haciendo que mucha gente se bañe en él. Quedaron destruidos tres pueblos: Tabacón, San Luis y Pueblo Nuevo y sólo se salvó La Fortuna. Surgieron tres nuevos cráteres. Desde entonces el volcán sigue activo y no es raro presenciar alguna actividad.



El problema en nuestro paseo ha sido que, a pesar de ir equipados de chubasqueros, la lluvia torrencial no perdona. Y ha empezado casi nada más dejar el coche.  Como si se abrieran los cielos.  El agua me azotaba la cara y escurría por la barbilla hasta calarme la camiseta. Y los vaqueros, porque he tenido la buena idea de ponerme unos pantalones vaqueros, escurrían agua como si acabara de sacarlos de la lavadora sin centrifugar. Y pesaban... El agua terminaba dentro de las zapatillas de deporte en las que chapoteaban mis pies. Ha sido así los kilómetros de subida y los de bajada. Sin tregua. Hasta que hemos llegado al coche y, milagrosamente, ha parado. Que mala leche tiene el clima aquí.



De todas formas conseguimos llegar hasta el mirador, desde el que podíamos haber tenido unas vistas fantásticas en condiciones normales. Si es que eso se da aquí. Al menos se veía algo a través de la lluvia, el problema era sacar la cámara, porque se iba a calar, así que pedí al guía que me cobijase un momento, en lo que hacía un par de fotos, bajo su paraguas. La zona estaba realmente peligrosa y resbalaba mucho así que no fue extraño que uno de los chicos americanos se pegara un buen porrazo cuando se pasó de pose para el selfie. Es que no aprendemos.
Pensábamos haber ido a contemplar el atardecer sobre el volcán al lago que hay al otro lado, pero para qué si no se veía nada...

paradisehotspringscr.com/es/galeria/
paradisehotspringscr.com/es/galeria/
En vez de eso hemos ido al Paradise Hot Springs, un establecimiento termal con aguas buenísimas para todo, pero sobre todo para relajarse. La entrada 23$ y con cena 36$. Allí daba igual que siguiera lloviendo aunque más débilmente. Al fin y al cabo estábamos dentro de las piscinas.

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