martes, 17 de mayo de 2016

Costa Rica: Del Volcán Arenal a Manuel Antonio

Esta mañana seguía todo mojado, la camiseta, los pantalones, los calcetines... He tenido que empaquetarlo en bolsas de plástico y a la maleta. Un desastre. Como ayer, ha amanecido con una niebla densa y caliente, como una sauna. Y por supuesto el volcán Arenal no se veía...


Nos ha recogido a las 7:30 un minibus que va parando por toda la zona de Arenal y el pueblo de La Fortuna, muchas veces en lo que parecen casas particulares que alquilan habitaciones. El conductor nos ha dicho que el trayecto es de aproximadamente 5 horas y que haremos una parada en el camino para comer.


Pero nuevamente la descoordinación de las agencias y los errores en las reservas nos la han jugado y a unos 15 kilómetros de La Fortuna hemos tenido que parar a esperar a tres personas a las que tenían que haber recogido y no lo habían hecho. El conductor se ha disculpado y dicho que podíamos presentar una queja... No lo sé, pero desde luego y hasta ahora todos los días hemos tenido incidentes parecidos: retrasos, olvidos, confusiones...


Tras casi cuatro horas de viaje por carreteras de montaña atravesando paisajes preciosos llegamos a Punta Arenas, donde paran dos chicas norteamericanas.



Punta Arenas es uno de los puertos marítimos más importantes del país, tiene importantes industrias y es una de las zonas más turísticas de Costa Rica por sus playas y por ser parada de cruceros. Su playa tiene tres kilómetros de longitud y su arena es oscura y con palmeras, cocoteros, ficus...



Aprovechamos para bajar, estirar un poco las piernas y hacer las primeras fotos del Pacífico. En la playa apenas había gente, pero en los alrededores vimos tipos curiosos, como uno que estaba comiendo y llevaba a su perro en un carrito de bebé.


Poco después, bajando por la Carretera Pacífica Fernández Oreamuno (yo no tengo la culpa del nombre) paramos en un restaurante típico con tienda de recuerdos llamado El Jardín. Está bastante bien y la tienda de regalos es de las mejores que he visto en Costa Rica.




Unos kilómetros más adelante, en el puente sobre el río Tárcoles, paramos unos minutos a ver una colonia de cocodrilos de al menos cuatro o cinco metros. Incluso desde lo alto del puente parecían enormes.



Este río es parte del habitat del Cocodrilo Americano y en sus inmediaciones es fácil ver, además, caimanes, basiliscos o cherepos e iguanas. Y al lado de los cocodrilos había unos zopilotes o buitres negros amaricanos.



Seguimos la carretera Costanera Sur hasta Jacó, un pueblo turístico del Pacífico muy popular, sobre todo entre los habitantes de San José, con una playa de mas de tres kilómetros, donde ha bajado otra pareja. Esto es como un autobús de línea. Después hemos parado a dejar gente en Quepos y finalmente llegamos a Manuel Antonio. Nuestro hotel era el último. Siete horas de viaje.


Tras dejar las cosas en la habitación, que está frente a la piscina y guardada por una gran iguana, hemos bajado a la playa Espadilla y paseado hasta el límite del Parque Nacional Manuel Antonio.




Todavía nos ha dado tiempo de ver atardecer en el mar. De vuelta al hotel el alboroto que montaban nos ha avisado para poder hacer unas fotos a unos monitos titís en los arboles tomándose su cena. Creo que eran mangos.




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