jueves, 19 de enero de 2017

Filipinas. El Nido - Manila

Hoy dejamos El Nido y la isla de Palawan sin poder hacer ningún tour por la Bahía de Bacuit. Nuestro avión sale a las ocho de la mañana, si al menos hubiéramos podido volver por la tarde...







En el aeropuerto me he entretenido haciendo fotografías de las instalaciones: la "terminal" de llegadas, la de salidas, la recogida de equipajes debajo de un árbol, los carabaos que pastan allí como si nada, ajenos a los aviones que aterrizan y despegan justo al lado... No se cuánto tiempo perdurarán las cosas así, pero es el aeropuerto más exótico que he visto.




Nos han pesado antes de distribuir los asientos y a la salida nos ha despedido un grupo de mujeres cantando y un jeepney nos ha llevado hasta el avión. El despegue es casi sobre el mar y las vistas de la zona son preciosas. Así que he pensado que algún día tengo que volver, quizá una semana o más, para asegurarme que hay buen tiempo y poder salir a las islas.






El vuelo ha sido bueno. Lo peor ha sido al llegar a Manila. De nuevo nos hemos encontrado con tres horas de atasco hasta llegar a nuestro alojamiento, casi al mediodía.



Por la tarde hemos salido a tomar una "merienda" típica con una especie de paella hecha con fideos chinos que creo que se llamaba "pancit". Entre el atasco de ida, el atasco de vuelta y la "merienda" se nos ha pasado la tarde. Un día perdido, de transición. Lo bien que hubiéramos estado en El Nido...



Se me olvidaba. Para cenar había "balut", uno de las comidas filipinas más típicas. Se trata de huevos de pato fecundados y cocidos con el embrión ya grande. Se considera una delicatesen y se vende muchas veces en puestos callejeros. En el caso de los nuestros el patito no era muy grande, pero se distinguían algunas partes como el ojo...


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