Creo que todo el mundo se sorprende la primera vez que va a Atenas de la cantidad de perros y gatos que hay por las calles. Y nada de animales famélicos y con pinta de estar abandonados. Están sanos y rollizos y participan de la vida diaria como un ateniense más.
No son estrictamente perros callejeros.
Están vacunados y muy bien alimentados, reciben cuidados cuando están enfermos y la gente les da de comer, les acaricia o juega con ellos. No hay calle, terraza o lugar arqueológico en el que no estén presentes. Participan en las manifestaciones o esperan pacientemente con la gente para cruzar la calle en los semáforos.
A mí me ponían un poco nerviosa al principio, (no soy mucho de animales, y menos sueltos sin dueño que les "controle") pero ahora son como una parte más del paisaje urbano y estoy segura de que les echaría de menos si faltaran.
En cuanto a los gatos...también hay muchos pero ellos, como siempre, van a su aire y pasan de la gente.
Creo que tienen asumido que los verdaderos protagonistas son los perros, pero tampoco le hacen ascos si se les ofrece comida. Se pasean entre las ruinas de la Acrópolis o del Ágora y miran desdeñosos a los turistas que se empeñan en hacerles fotos, en molestarles.
Orgullosos e independientes, me recuerdan un poco a las gentes griegas.
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