Canadian Rockies: Banff y Yoho

Estamos teniendo una suerte increíble con el tiempo. Hoy el día está despejado, los cielos azules y la temperatura tal vez un poco alta, pero no podemos quejarnos.

Tras un desayuno bastante pobre, con un café malísimo y teniendo que esperar mucho rato a que limpiaran una mesa, hemos salido por la Icefields Parkway.

El panorama es espectacular: bosques, montañas, lagos, ríos de tumultuosas aguas... Hay también mucha fauna. Hemos podido ver cabras, muflones, venados, ardillas y ¡un oso negro!. Y a él parece que no le gustó vernos...

En primer lugar nos hemos dirigido al Emerald Lake , situado en el Parque Nacional Yoho. Sus aguas son de color verde intenso y está rodeado de cumbres y bosques. Había algunas casas de madera del Emerald Lake Lodge entre la vegetación que invitaban a quedarse allí ... 

Está encerrado entre montañas y, debido a la gran altura en que se encuentra, el lago está congelado desde noviembre hasta junio. 

El color del agua está causado por la piedra caliza en polvo y es más espectacular en julio, cuando se derrite la nieve de las montañas circundantes, así que hemos venido en la mejor época.

Después hemos parado un rato en el Natural Bridge, un puente de piedra formado por el río Kicking Horse tras siglos de erosión durante los cuales las aguas horadaron un canal a través de la roca.

Pero el que me ha dejado absolutamente sin palabras ha sido el Lago Moraine. Es como de cuento, tan bonito que parece imposible. Situado en el Valle de los Diez Picos, es uno de esos lugares de los que no te moverías. 

Su intenso color azul se debe a la refracción de la luz en el polvo de roca depositada en el lago durante el deshielo. Alcanza su nivel máximo durante la segunda mitad del mes de junio. 

Algunos de los senderos que parten de aquí están cerrados debido a los osos grizzly. El sendero más popular alrededor del lago es el Rockpile Trail, de 300 metros de largo con un desnivel de 24 metros.

Las vistas del lago desde la parte superior es una de las fotografías más típicas de Canadá y es conocido como el "twenty dóllar view" porque fue representada en los antiguos billetes de veinte dólares canadienses.

Hemos dejado el lugar con mucha pena para ir a comer al Lake Louise Sky Resort. La comida no era nada de otro mundo pero estaba bien de precio.

Después hemos ascendido en el telesilla al Whitehorn para contemplar la panorámica, pero sido un poco decepcionante porque teníamos el sol de cara y las condiciones no eran las mejores para hacer una fotografía.

Estábamos muy cerca del Lago Louise. Puede que sea uno de los más famosos de Canadá pero había muchísima gente y por la tarde el sol no dejaba ver bien el Glaciar Victoria, así que, aún siendo precioso, no ha llegado a la altura del lago Moraine. 

Hemos dado un bonito paseo por un sendero que lo rodea. A la orilla del lago se encuentra el Chateau Lake Louise, otro de los grandes hoteles de la compañía de ferrocarril canadiense. 

Un complejo de lujo construido a principios del siglo XX, en los jardines del cual se estaban celebrando varias bodas. El lugar es perfecto para levantar un hotel pero, para mi gusto, estropea el conjunto.

Al regresar a Banff hemos salido a dar un paseo. Hemos cruzado el puente sobre el río Bow y enfrente hemos visitado los Cascade Gardens. Tienen una gran variedad de flores. 

Están en una ladera con los jardines formando terrazas que se comunican por senderos en los cuales hay varios refugios y miradores. La entrada es gratuita y merece la pena conocerlos.

Tras tomar algo ligero en una terraza hemos vuelto al hotel. Por suerte ya tenemos luz en el baño, solamente hemos tenido que reclamar el gel y el champú que no habían repuesto.