sábado, 19 de julio de 2014

Victoria, la capital de British Columbia

Victoria es la capital de la Columbia Británica y está en la isla de Vancouver. A diferencia de la ciudad de Vancouver (que no se encuentra en la isla homónima sino enfrente, en el continente) se trata de una pequeña ciudad que no llega a los cien mil habitantes, una de las más antiguas del noroeste del Pacífico ya que se fundó a mediados del siglo XIX en territorio de los indios Songhuees. 


Hemos pasado a Victoria en un transbordador y subido a la cubierta superior con la esperanza de hacer unas bonitas vistas de las islas del estrecho pero el frío y la lluvia nos han hecho desistir.
Al llegar el tiempo estaba cambiando ha ido aclarando progresivamente hasta salir el sol y quedarse un día precioso.


Antes de llegar a la ciudad hemos ido a los famosos Jardines Butchart, situados en la zona metropolitana de Victoria, en una zona denominada Brentwood Bay.


Fueron creados por la Sra. Butchart en lo que fue una cantera que explotaba la empresa de su marido y que al quedar abandonada se convirtió en su pasatiempo favorito.


Decidió crear un Jardín Japonés, y para ello, en 1907, su hijo contrata al diseñador de jardines Isaburo Kishida, de Yokohama. 



Al Jardín Japonés lo siguió el Jardín Hundido, en el fondo de la cantera, con senderos, fuentes, miradores y pequeños lagos, el Jardín Italiano, en lo que habían sido las canchas de tenis de la mansión, y el Jardín de Rosas, en lo que había sido el huerto. Hoy en día la propiedad de los jardines siguen teniéndola los herederos de la familia Butchart.


Tras visitar los jardines nos hemos dirigido hacia la capital bordeando la costa y sus zonas residenciales, con mansiones espectaculares y casas que invitaban a quedarse aquí unos días de relax.


Victoria conserva el encanto inglés de los tiempos de la colonia. Destacan los edificios neobarrocos del Parlamento y, muy cerca el Empress Hotel, el hotel Empreratriz, de la cadena Fairmont y bautizado así en honor de la reina Victoria de Inglaterra, por entonces emperatriz de la India. 


Pero lo primero que hemos hecho ha sido ir a comer algo a un italiano llamado The old spaghetti factory que quedaba por allí cerca. Es una cadena de restaurantes, pero a mi me ha gustado. Al salir pasamos por el cercano Thunderbird Park, sede de una imponente colección de totems que son un recuerdo tallado en madera de las leyendas de las tribus que habitaban la isla. 



















Y cerca de la entrada del Royal British Columbia Museum, la primera de las actuaciones del Buskers Festival que veríamos a lo largo de la jornada.


Después, pasando por delante del Empress Hotel y al lado del puerto, hemos seguido la Government Street, una calle comercial llena de tiendas de moda, de recuerdos, de cafés... 


Y a la izquierda, en Johnson Street, Market Square. Es un edificio de finales del siglo XIX, una época en la que la ciudad se llenó de aventureros y buscadores de oro deseosos de encontrar fortuna. Aquí había hoteles, salones y tiendas. Hoy los viejos edificios de ladrillo y vigas han sido restaurados y acogen tiendas, artesanía, restaurantes internacionales, conciertos y actuaciones gratuitas.


Seguimos la Government St. hasta llegar al Chinatown, el barrio chino más antiguo de Canadá al que se accede por una puerta monumental que hay a la izquierda, en el cruce con Fisgard St. 


Los rótulos de los comercios están en chino y se puede curiosear un poco por los negocios de comestibles, arte y curiosidades. 


Y bajando por la Johnson St., a la izquierda, se abre Fan Tan Alley, la calle más estrecha de América del Norte. En su parte más angosta el callejón no llega a tener un metro de ancho. Antiguamente conocida por sus fumaderos de opio y casas de juego, hoy está llena de tiendecitas y restaurantes.


Al final de la calle de nuevo hemos girado a la izquierda por Wharf St. en dirección al puerto. Los edificios son alegres y coloridos y las calles están a rebosar de gente que disfruta del sol en las terrazas.



La zona del puerto estaba animadísima con las actuaciones del Victoria International Buskers Festival. Artistas callejeros de Canadá, Europa, Australia, USA y América del Sur se reúnen aquí. 


Músicos, magos, malabaristas, marionetas, equilibristas... El festival dura diez días durante los cuales la diversión y la variedad parece que están aseguradas.


Pero a nosotros se nos estaba haciendo ya la hora de regresar. Hay que coger el bus y llegar a tiempo al transbordador. Así que sintiéndolo mucho, porque hacía un tiempo muy bueno y todo estaba muy animado, dejamos el puerto y nos dispusimos a volver a Vancouver. 


Al menos esta vez hemos podido ir en cubierta disfrutando del paisaje y navegando entre islas y canales con un sol espléndido.


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