Como nuestro vuelo sale a primera hora de la tarde hemos salido por la mañana a dar una vuelta. No mucho porque a las diez de la mañana ya había treinta grados y la verdad es que si no fuera porque era nuestro último día aquí yo me hubiera quedado en la cama.
Hemos ido hasta la cercana Calea Victoriei. Por el camino hemos visto mucha gente durmiendo en la calle. Desde allí pasamos para ver a la luz del día el Pasajul Macca Villacrosse.
Se trata de un pasaje comercial de estilo Art Nouveau. Tiene dos calles unidas por una gran cúpula. A una de ellas le da su nombre el arquitecto catalán Xavier Villacrosse.
Seguimos paseando hasta el edificio del Cercul Militar National, un edificio de corte neoclásico de principios del siglo XX, originalmente concebido para el recreo de los miembros del ejército rumano, pero que hoy día tiene un restaurante abierto al público en su planta baja.
En la Piata Revolutiei están los edificios más emblemáticos de la capital rumana. El Ateneul Román es un auditorio de prestigio internacional construído a imitación de un templo clásico griego o romano y decorado en su interior con mármoles y frescos.
También está en esta plaza el Palatul Regal o Palacio Real, constuído en el siglo XX tras el incendio del anterior. Hoy alberga en su interior el Muzeul National de Arta con verdaderas joyas de la pintura pertenecientes a El Greco, Velázquez, Murillo, Van Eyck, Rubens, Rembrandt, Tintoretto, Monet, Sisley o Delacroix.
Frente al palacio, el edificio de la Biblioteca Centrala Universitara, de finales del siglo XIX y estilo neoclásico. Resultó muy dañada por las bombas incendiarias de la policía en la revolución de 1989. Se perdieron más de millón y medio de libros.
Seguimos paseando hasta el edificio del Cercul Militar National, un edificio de corte neoclásico de principios del siglo XX, originalmente concebido para el recreo de los miembros del ejército rumano, pero que hoy día tiene un restaurante abierto al público en su planta baja.
En la Piata Revolutiei están los edificios más emblemáticos de la capital rumana. El Ateneul Román es un auditorio de prestigio internacional construído a imitación de un templo clásico griego o romano y decorado en su interior con mármoles y frescos.
También está en esta plaza el Palatul Regal o Palacio Real, constuído en el siglo XX tras el incendio del anterior. Hoy alberga en su interior el Muzeul National de Arta con verdaderas joyas de la pintura pertenecientes a El Greco, Velázquez, Murillo, Van Eyck, Rubens, Rembrandt, Tintoretto, Monet, Sisley o Delacroix.
Frente al palacio, el edificio de la Biblioteca Centrala Universitara, de finales del siglo XIX y estilo neoclásico. Resultó muy dañada por las bombas incendiarias de la policía en la revolución de 1989. Se perdieron más de millón y medio de libros.
Pasamos al lado de la Biserica Kretzulescu, originaria de 1720 y mandada construir por Safta, la hija del voivoda Constantin Cretulescu.
Dimos un pequeño rodeo por las calles adyacentes y llegamos al Parcul Cismigiu, que por ser domingo por la mañana, estaba muy animado con espectáculos de marionetas, paseos en barca por el lago y gente disfrutando del día.
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