miércoles, 12 de agosto de 2015

Rumanía: Monasterios de Bucovina: Agapia, Humor y Voronet

Salimos temprano hacia el Monasterio de Agapia, en Moldavia, atravesando un paisaje de suaves colinas verdes salpicadas de árboles, granjas y pueblecitos.


A veces se ven rebaños de ovejas protegidos a la sombra de unos árboles, vacas pastando o campesinos realizando sus labores a la manera antigua, sin máquinas modernas, con carros y animales.



Las casas son bonitas, con intrincados adornos labrados en madera en los dinteles y los balcones, y los tejados a veces son de teja de madera, otras de planchas de metal o incluso tejas de barro. Tienen un jardín o terreno en la parte delantera de la vivienda.



Así llegamos al Monasterio de Agapia, fundado por Esteban el Grande y que ha sido habitado por una comunidad de monjas que ha llegado en sus mejores momentos a las cuatrocientas, aunque ahora no sean tantas.



Está a pocos kilómetros de Targu Neamt y es uno de los mayores conventos de Rumanía, construido a mediados del siglo XVII. Los frescos de su iglesia fueron pintados por Nicolae Grigorescu en el siglo XIX.




El monasterio sufrió varias invasiones que lo dañaron, pero hoy en día está reconstruido y rehabilitado. Actualmente es un recinto de dos pisos, con balcones de madera llenos de macetas con flores y una iglesia en el centro.



De nuevo en carretera hasta la ciudad de Suceava, donde hemos subido a visitar su ciudadela fortificada, Cetatea de Scaun a la que se llega después de atravesar un bosque.


Erigida por Petru Musat a finales del siglo XIV para mantener a raya a los otomanos, Esteban el Grande añadió foso, muralla y torres de defensa para soportar el asedio de Mehmet II, el conquistador de Constantinopla.


Hemos parado a comer en Gura Humorului, cerca ya de los monasterios. Ha sido una comida típica: sopa y Tochitura Moldava, una especie de plato combinado que contiene un puré de polenta, salchichas, panceta, lomo de cerdo, huevo frito, y queso. Una bomba vamos.


Por la tarde llegamos al cercano Monasterio de Humor o Monastirea Humorolui, que actualmente tiene dos partes: el antiguo, que es el que visitamos, y otra de nueva creación.


El Monasterio de Humor fue uno de los más importantes de la región en el siglo XV, pero no se sabe la razón por la cual fue abandonado unos años después, hasta el siglo XVI.
Petru Rares mandó reconstruir la iglesia en 1530. Pero era una época muy revuelta y en 1641 se añadió una muralla defensiva de la que se conserva una torre y el campanario. La torre es de planta cuadrada y varios pisos.


Al piso superior se accede por una escalera interior muy, muy estrecha y con unos escalones pequeños y empinados que hay que subir y bajar con cuidado. Pero merece la pena llegar hasta la última planta y asomarse a la galería de madera para ver una panorámica del complejo monástico y el paisaje de los alrededores.


La iglesia da la sensación de ser más pequeña por la ausencia de torre. Esto es debido a que no fue construida por un príncipe gobernante, sino por un noble. El tejado, alto y con una buena pendiente, está cubierto con las típicas tejas de madera de pino formando un amplio alero que veremos en muchas iglesias de esta zona.


La Iglesia de la Asunción de la Virgen y de San Jorge tiene en su interior una representación del Juicio Final. En su exterior, y por motivos climatológicos, es su muro sur el que conserva las pinturas en mejor estado. Los colores dominantes son el azul, el verde, el negro y el rojo.


En 1992 se refundó la comunidad monástica y se construyó un nuevo complejo al lado del antiguo que está habitado por una congregación de monjas.


El Monasterio de Voronet fue construido por Esteban el Grande porque, según cuenta una leyenda, hizo una promesa tras acudir allí a pedir consejo, en una guerra contra los turcos, a Daniel el Eremita. Como obtuvo una victoria, el edificio se levantó en 1488, en tan sólo cuatro meses.


La planta de la iglesia, que podría considerarse dentro del primer gótico, consta de presbiterio, naos con una torre encima, pronaos y un exonartex añadido posteriormente.


Su decoración interior es muy interesante, pero la exterior es sencillamente espléndida, con cientos de figuras delineadas sobre azul, el famoso "azul de Voronet", representando escenas de la vida de San Nicolás y San Juán, o historias como la del Árbol de Jesé.


Pero es en el pórtico donde encontramos una de las mejores pinturas de la zona. Es la del Juicio Final. En la parte de arriba está Cristo sentado. Debajo, a la derecha los pecadores, papas, gobernantes, turcos o judíos entre ellos, y un rio de fuego que los llevará al infierno. A la izquierda los justos, a los que San Pedro conduce al paraíso.


El hotel en la ciudad de Gura Humorulu,  cerca de Radauti, no nos ha gustado nada. Está bastante viejo, menos mal que el baño sí que estaba recientemente renovado. Para colmo no había aire acondicionado. Con 35º fuera y el sol dando de frente en la habitación. Eso sí, como dicen que normalmente hace frío incluso en verano, teníamos mantas y edredones. Después de sacar el relleno y quedarnos sólo con las fundas, hemos dejado las ventanas abiertas mientas nos íbamos a cenar.

4 comentarios:

Grigore dijo...

Me ha gustado mucho ver las bonitas fotografías de mi pais.

Cdeiscar dijo...

Es que Rumanía es un país precioso, y es una ventaja que todavía no esté "de moda" porque conserva el encanto que la mayoría pierden con la llegada masiva de turismo.

Anónimo dijo...

Anda! La señora Blasa por Rumania! :-))))))

Cdeiscar dijo...

Me pareció una señora supergraciosa. :)