Hay veces que las cosas surgen sin pensar, sin haber soñado siquiera en ello. Y éste viaje ha sido así. Una semana antes todavía no sabía nada, así que en unos pocos días tuvimos que ponernos las pilas para no ir a ciegas a un país del que sabemos muy poco más allá de los tópicos: Drácula, Transilvania y los gitanos rumanos.
Hemos descubierto un país precioso, de paisajes impresionantes, una historia muy rica y gentes encantadoras. Fuera de los destinos habituales, llenos a rebosar en agosto de turistas. Un viaje para repetir los que ya hemos ido y para apuntarse los que todavía no lo hayan pensado.
Ya iré contando...
Ya iré contando...
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