Valle de Tena: Tirolina y Panticosa

Amanece lloviendo y ya se nos están acabando las opciones de día de lluvia así que decido jugármela e ir al vecino Valle de Tena a ver que tal hace por allí y, si es posible, hacernos una tirolina en Hoz de Jaca.
Llegamos a la oficina y todavía no estaba abierta, así que nos acercamos hasta el mirador y nos damos cuenta de que ese es el punto de inicio de la tirolina. Llega más gente que se lo está pensando y finalmente una chica a preparar los trastos.

Después de ver a dos chicos lanzarse decidimos ir a apuntarnos y ponernos los arneses. Volvemos al mirador y allá vamos. Esta tirolina es doble y permite que nos lancemos dos a la vez. Y me encanta. Un poco de miedo al principio y sobre todo al final, que parece que no va a frenar, porque bajamos 115 metros y alcanzamos velocidades que pueden llegar a los 90 km/h. Pero repetiría ya mismo.

Aunque ésta es la tirolina doble más larga de Europa con sus 950 metros de longitud, nos cuentan que tienen proyectada una nueva de tres km de largo. Habrá que venir cuando la estrenen. 

Después rodeamos el embalse de Búbal y llegamos hasta el balneario de Panticosa rodeando el Ibón de los Baños por la izquierda hasta el aparcamiento. Por detrás del refugio Casa de Piedra sale un sendero GR 11 que al principio es súper empinado y de piedra suelta. Asusta un poco pero a los pocos metros se llega a las cascadas, que quedan a la derecha.

Después seguimos subiendo hasta el Mirador de la Reina. A la salida del mirador el camino se bifurca. Nosotros hemos cogido el ramal de la derecha que no mucho tiempo más allá llega al torrente del río Caldarés y lo atraviesa por un puentecito. Cada vez está el cielo más cubierto y ya se adivinan algunas gotas.

Seguimos hasta un mirador desde el que se ve la cascada en todo su esplendor. Desde el mirador seguimos hacia la izquierda subiendo un poco. Atravesamos una gran tubería y a partir de ahí el camino es bastante ancho y bastante más cómodo y ya va bajando hasta la parte de atrás de el balneario. Más o menos salimos por detrás de la pizzeria y la cafetería Arlequín. 

Hacemos un alto para reponer fuerzas con un pincho de tortilla y un vino y otra vez empieza a diluviar. Menos mal que no hemos arriesgado y hemos hecho una ruta cortita, si no nos pilla de lleno.