martes, 24 de octubre de 2017

Aragón: Ainsa y Ordesa

Anoche llegamos a Aínsa, un precioso pueblo medieval que siempre aparece en las listas de los pueblos más bonitos. Se encuentra muy cerca de el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en un promontorio sobre la confluencia de los ríos Cinca y Ara.




Encrucijada de caminos desde antiguo, es, junto con Boltaña, el núcleo de población más importante del Sobrarbe, uno de los tres condados que formaron el reino de Aragón. Su casco antiguo está recorrido por la Calle Mayor y la de Santa Cruz, que confluyen en la Plaza Mayor, al final de la cual se encuentra el castillo del siglo XI. 




Aunque todo el pueblo es Conjunto Histórico Artístico desde 1965, destacan la iglesia románica de Santa María, que por desgracia estaba cerrada cuando fuimos nosotros, y la gran plaza porticada de los siglos XII y XIII, con forma trapezoidal y soportales que guardan pequeñas tiendas y restaurantes típicos.




Y el castillo, que fue muy importante en la Reconquista, formando parte de la línea defensiva del reino de Navarra primero y después del Reino de Aragón, cuenta con una enorme explanada en la que se celebran festivales musicales y una torre del homenaje del siglo XI.




También se ha instalado en el recinto de la fortaleza un Eco Museo de la Fauna y Flora Pirenaicas. Desde las murallas, a las que se puede subir, hay una preciosa panorámica de los Pirineos, con un primer plano del Marboré, el Monte Perdido o el Cañón de Añisclo.




Después de desayunar hemos dado otro paseo recorriendo el casco antiguo de Aínsa, esta vez con la luz del día. Es como un decorado antiguo. Además a primera hora las calles estaban desiertas y la sensación era como de haber viajado en el tiempo muchos, muchos siglos atrás.




Y hemos puesto rumbo hacia el norte, a el Parque Nacional de Ordesa. Está claro que he calculado fatal, porque yo pretendía verlo en un día. Pero lo que he visto ha abierto la puerta a volver en otra ocasión con mucho más tiempo.




Hasta Bielsa la carretera tiene curvas pero no es mala. Desde Bielsa hasta el Valle de Pineta, donde se encuentra el Parador, es más estrecha, pero bien.
Hay un aparcamiento poco antes de llegar al Parador, a la izquierda, y allí una caseta de información en la que una chica muy amable te orienta sobre las rutas que puedes hacer, su duración y su dificultad.




Hemos elegido una "suave", de aproximadamente dos horas de duración, aunque eso depende de tu físico y de lo que te pares. Y yo he parado mucho porque he hecho muchas fotografías. Lo malo es que no consigo que la cámara capte la grandiosidad y la belleza del entorno.




La subida era por una pista con una pendiente suave pero sostenida. Tras un buen paseo entre hayas y árboles de hoja caduca que con el otoño estaban amarillos, naranjas y rojizos llegamos a la Cascada del Cinca. No se ve entera, sólo un salto, pero es muy bonito y ya la habíamos visto desde lejos en toda su altura.





Seguimos recto sin salirnos de la pista hasta la siguiente, la Cascada de La Larri. El chorro de agua se precipita sobre una pared de piedra roja y cuando le da el sol, el contraste entre el azul del cielo, el verde de la vegetación y el rojo de la piedra es total.





Retrocedemos unos pasos y, poco antes de esta cascada, sale una senda que baja hasta el valle entre hayas y vegetación. Está formada en su mayor parte de escalones, pero al ser de bajada no es tan duro. Normalmente esta ruta se hace en sentido contrario, pero la chica de información nos recomendó hacerla así y creo que acertó de pleno.




Casi todo el camino vamos dejando a nuestra izquierda saltos de agua y cascadas que se precipitan hasta el fondo del valle. Es precioso. Y como vamos bajando lo podemos disfrutar mucho mejor.




Apenas nos cruzamos con gente. Sólo con una familia francesa. Los niños intentaron un buenos días y nosotros intentamos un bonjour. Y siguieron trotando escaleras arriba como si no les costara ningún esfuerzo. Ya en la parte final de la ruta hay varios cruces de senderos pero están bien indicados.





Llegamos al aparcamiento y seguimos en el coche hasta el Valle de Escuaín, el mas pequeño y probablemente el más desconocido del P. N. de Ordesa. Y aquí creo que me equivoqué y no porque no sea espectacular, sino porque la carretera que hay que seguir para llegar hasta allí es infernal y hemos perdido muchísimo tiempo. Es estrecha, con muchas curvas y cambios de rasante y con baches que más son boquetes, agujeros en los que mejor no caer...




Escuaín es un pueblo deshabitado (salvo algunos fines de semana o vacaciones). Su iglesia del siglo XVI está cerrada y casi en ruinas, igual que un par de casonas. Hay una oficina de información, cerrada, y alguna casa restaurada.





Desde la oficina de información parte la Ruta de los Miradores. Se tarda poco, es circular y las vistas de la Garganta de Escuaín son increíbles. No está muy bien indicada, pero la gente ha ido dejando montoncitos de piedras en puntos claves para poder seguirla. Por lo demás el silencio sólo era roto por el ruido de los cencerros y por los mujidos de unas vacas que pastaban por los prados. Ni un alma.





Al Cañón de Añisclo llegamos por la carretera que va por fuera, por la montaña. La que va por el interior estaba cortada. Me dio pena llegar cuando ya había poca luz en el fondo del cañón, porque las vistas desde los miradores quitaban la respiración.



Y nos hubiera encantado dar un paseo por allí, aunque solo hubiera sido hasta la ermita de San Urbez, uno de los santos más populares de esta zona y del que se contaba que llevaba su rebaño a los lugares más apartados para alejarse de la gente y que se refugiaba en este lugar. Pero ya no había tiempo. Cómo tampoco hubo tiempo para ir a la parte de Torla y al Valle de Ordesa. Una pena, pero así tenemos la disculpa perfecta para volver unos días más relajadamente y dedicarnos a conocer el Parque Nacional de Ordesa un poco más a fondo.



Regresamos a Aínsa tan cansados que no salimos ni a cenar. Tomamos alguna cosilla que teníamos para picar en la habitación y a dormir.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bonito,com me gusta leer los comentarios de los viajes.

Cdeiscar dijo...

😚