domingo, 24 de julio de 2016

USA: Las Vegas

Llegamos a la capital del juego con una temperatura de 45º y un viento que abrasaba. En el hotel, sin embargo, la temperatura bajaba al menos hasta los 20º, tanto que llegabas a desear tener un jersey a mano. Esperamos a que anocheciera para salir pero aún así el calor era agobiante.




Fuimos en primer lugar al Downtown, el lugar donde nació Las Vegas a finales del siglo XIX y que ahora, con la construcción de los grandes casinos del Strip, esta en decadencia. Las autoridades han tratado de frenar la caída de turistas y de ingresos de esta zona con el Freemont Street Experience, una calle peatonal cubierta por una gran bóveda de cañón en la que se proyectan imágenes en un vistoso espectáculo de luz y sonido. Además hay dos escenarios en los que disfrutar de conciertos gratuitos y mucho ambiente.




En una esquina esta el Casino Golden Nugget, el mas antiguo de la ciudad y en que se exhibe la pepita de oro mas grande del mundo, La Mano de la Fe, que pesa 27 kilos.



Seguimos en dirección al Casino Stratosphere, dejando a los lados montones de las típicas capillas que han hecho famosa a las Vegas por las bodas rápidas y en las que puedes casarte por 50$.
Las Vegas Boulevard, mas conocido como el Strip, es la avenida más famosa de la ciudad y donde compiten en tamaño y espectacularidad los mayores y más famosos casinos.




Entramos en el Casino Venecia, que recrea los canales con sus góndolas, sus puentes, la Plaza de San Marcos o el Campanile. Lo más llamativo es la bóveda que cubre todo el espacio simulando un cielo azul.


Después pasamos por el Mirage y el Caesar's Palace y fuimos al Bellagio a ver el espectáculo de sus fuentes. Dentro nos medio perdimos, y cuando salimos acababa de terminar, así que tuvimos que esperar un poco hasta el siguiente. 


Pasamos por el Casino París, que cuenta con una reproducción de la Torre Eiffel de la mitad de la altura que la original (no les dejaron hacerla de la misma porque el aeropuerto está cerca), un Arco de Triunfo... El tráfico en un sábado por la noche era infernal y pasamos mucho tiempo en atascos.



Siguiendo por el Strip dirección sur llegamos al New York, New York, con su puente de Brooklin, su Estatua de la Libertad o su Empire Estate, al Excalibur, como un medieval castillo de colores, al Luxor, con su pirámide negra de la cual sale un potente rayo láser hacia el cielo, al Mandalay Bay...


Y por fin el famoso letrero de bienvenida que se ha convertido en icono de la ciudad y donde había congregada un montón de gente de una despedida de soltera. A estas alturas ya estaba todo lleno de borrachos y de gente que iba bastante pasada y a mi se me cerraban los ojos. Así que dejamos que la ciudad que nunca duerme siguiera su ritmo y nosotros nos fuimos a dormir.

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