Esta mañana han ido a buscarnos los de la empresa de aventura a las 8:30. Vamos a hacer una ruta de aproximadamente 25 kilómetros, en su mayor parte cuesta abajo, desde la región de Kintamani, al lado del volcán y lago Batur hasta las cercanías de Ubud, pasando por pueblos, templos y campos de arroz.
Hacía años que no andaba en bici pero no ha habido más problema que el dolor de culo. Al principio hicimos alguna parada. En un templo, en una casa tradicional y de nuevo en una "plantación" de cacao y café.
Después nada más. Yo he hecho alguna parada, pocas porque el guía no esperaba a nadie y luego me tocaba bajar a tumba abierta. Por eso, aunque hemos visto muchas escenas de lo más pintoresco, con una boda, cremaciones, niños saliendo de los colegios o gente labrando los campos de arroz, muy pocas veces he podido fotografiarlo.
Me llamó especialmente la atención una anciana que iba vestida a la manera tradicional, con el sarong (como la mayor parte de la gente) pero que llevaba los pechos al aire. Y que decir de familias enteras en una moto o el más difícil todavía, llevar la moto con el niño en la rodillas y un cesto enorme en la cabeza.
Cuando hemos terminado con las bicis nos han llevado a comer al restaurante de la empresa. El sitio estaba bien pero la comida, tipo bufet, bastante pobre.
Nos han devuelto a nuestro hotel de Ubud y después de descansar un rato en la terraza hemos pedido en recepción un taxi para ir hasta el centro y ver si hoy había suerte y podíamos ver el Palacio Real de Ubud, el Puri Saren, que fue construido en 1890. Hoy si se podía entrar y además era gratuito.
Hemos recorrido sus rincones y al salir nos han asaltado un montón de vendedores de entradas para un espectáculo de danza que se celebra al lado, en la sala Wantilan.
En la misma calle Jalan Raya Ubud esta el principal templo de la ciudad, el Pura Taman Saraswati, mandado construir por el príncipe de Ubud en 1950 en honor de Saraswati, la diosa de la sabiduría. Pero sólo lo hemos visto por fuera porque estaba cerrado.
Y ya nos hemos metido por las callejuelas del mercado, el Pasar Ubud, con vendedores de todo tipo de artesanías.
Volvimos andando al hotel. La distancia no es mucha y gran parte del camino es cuesta abajo. Además se hace corto porque la calle está llena de tiendas y restaurantes hasta el Monkey Forest. Los monos no se quedan dentro, sino que están por la calle e incluso hay carteles que avisan.
Cenamos en el hotel y nos acostamos porque el despertador estaba puesto a las cinco de la mañana para ir hasta Padang Bay coger el ferry para ir a la vecina isla de Lomboc. En teoría teníamos que haber ido en lancha rápida pero nos han dicho que el mar está muy revuelto y no se puede ir más que en ferry.
No hay comentarios:
Publicar un comentario