jueves, 27 de septiembre de 2012

India: Mandawa, los havelis pintados y la sonrisa más bonita

Esta mañana, al finalizar el desayuno y cuando ya nos disponíamos a subir a la habitación, uno de los camareros, que parecía el jefe, guapísimo y muy amable, no quería que nos marchásemos sin ver el comedor que vislumbramos ayer de pasada cuando veníamos a cenar. Es muy elegante, tiene una preciosa decoración de calados, filigranas, frescos y pan de oro. Y ya, de paso, el camarero se ha hecho una foto con nosotros. 
El final de la etapa de hoy se encuentra en Mandawa, que se encuentra en la región de Shekhawati, famosa por sus havelis pintados con coloridos frescos en los muros que construyeron entre finales del siglo XVIII y principios del XX mercaderes locales que hicieron fortuna en ciudades como Bombay y Calcuta. Sus mansiones fueron el reflejo de las nuevas tendencias, ideas y posición social con que regresaron. Así las pinturas mezclan a los dioses y héroes tradicionales con temas más modernos, como soldados, trenes, coches, caballeros fumando en pipa...


Hemos hecho una parada en un lugar muy cutre en la carretera y al entrar en el servicio me he pegado un buen susto al descubrir un lagarto a veinte centímetros de mi cara. He salido corriendo y la gente se me ha quedado mirando como si estuviera loca.
Hoy, lo primero al llegar a Mandawa ha sido ir al hotel. Y como me temía, nos han llevado directamente a un tres estrellas. Y como ayer dije que ya no pasaba una más, les he dicho que no bajaran las maletas del coche. Aún así han insistido en enseñarnos un par de habitaciones. No me han gustado. Está viejo y sucio y estoy harta de que intenten tomarme el pelo. He cogido el teléfono para hacer como que llamaba a la agencia de viajes igual que ayer y ha colado. Inmediatamente han dicho que nos cambiaban a uno mejor en un haveli. Dios, otro heritage no, he pensado.
Convencida de que íbamos de mal en peor y después de andar perdidos no sé cuánto tiempo por carreteras de mala muerte, hemos llegado.


Efectivamente es un viejo palacete con pinturas murales. Y mi sorpresa ha sido mayúscula cuando nos han enseñado la primera habitación. Preciosa, impoluta, con pinturas murales y puertas y ventanas de madera tallada. Y con un baño de mármol crema que parece a estrenar.


A pesar de que nos ha encantado nos han enseñado otras dos: una con cama con dosel y baño y sala de ducha separados y otra que es una obra de arte: una gran cama, paredes y techos con pinturas murales en suaves tonos pastel y rodeada en la parte superior por una galería de arcos que, en su parte mas ancha tiene el baño con una gran bañera exenta. Yo me hubiera quedado en ella sin dudarlo, pero reconozco que era más practico el baño con ducha... Aún así le hice unas fotos.


Además hay una piscina impecable, jardines y un comedor con muy buena pinta. Todo el hotelito es una mezcla entre la arquitectura más tradicional y las más modernas comodidades. Creo que se me nota que me ha encantado... Se llama Vivaana y está en Churi Ajitgarh.


A las 16:30 hemos quedado para visitar los havelis de Mandawa. Aunque algunos son muy bonitos, están muy descuidados, algunos difícilmente recuerdan los esplendores del pasado. Las familias que viven en ellos no deben ser conscientes de su valor, o son tan pobres que no pueden mantenerlos. Una pena.


Paseando por el pueblo todo el mundo se quedaba mirándonos. En esta zona no deben abundar los turistas occidentales.


En una calle apareció de repente una niña corriendo y me regaló unas flores. Yo me quedé parada pensando que me pediría dinero, pero lo único que hizo fue sonreír  Estaba tan guapa que, sin pensarlo, le puse unas flores en el pelo y le hice una foto. Se la enseñé diciéndola que estaba muy guapa y desapareció por donde había venido, con una preciosa sonrisa y unas flores en el pelo.


El guía ha comprado otra vez comida en un puesto de la calle y la hemos compartido. Picaba y, como de pasada le he comentado que podía darle al conductor, que seguro que iríamos más deprisa. Me ha contestado que por supuesto y le ha ofrecido un par de veces. Tengo que estudiarme un poco el tema de las castas. No sabía que seguía tan vigente hoy en día.


En la cena hemos estado sólo los tres, parece ser que el guía había quedado con un amigo...
Mañana hemos quedado para desayunar a las nueve y después daremos una vuelta por el pueblo. Curiosamente el haveli más espectacular de los que he visto hoy es el nuestro.
Después de todo el día ha estado bien. Y parece una tontería, pero la sonrisa de la niña se me ha quedado grabada y creo que va a ser el recuerdo más bonito que me lleve de la India.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Beautiful smile!