viernes, 28 de septiembre de 2012

India: Churi Ajitgarh - Delhi. El gran atasco

Tengo la sensación de que llevo siglos aquí y al mismo tiempo me parece que se me ha pasado rápido. Hoy es nuestro último día en la India. 

Nos hemos levantado tarde y, después de desayunar hemos salido a dar una vuelta por el pueblo, Churi Ajitgarh, y a ver un haveli muy grande, casi un palacete que incluso tiene un templo edificado en el jardín, en el mismo estilo que el edificio principal.


Después hemos ido a la escuela local, no se muy bien porqué, pero el guía parecía muy interesado en que la conociéramos. Yo me sentía fuera de lugar, pero al parecer los niños sí que han disfrutado con la visita, porque no paraban de reírse.

Al fin eran las diez y media cuando hemos salido con dirección a Delhi. Nuestro hotel de hoy está cerca del aeropuerto, por tanto, alejado del centro. Casi mejor, porque no creo que nos de tiempo a nada.


Al principio el tráfico era como siempre, luego ha empeorado hasta niveles difícilmente imaginables para nuestra mentalidad europea. Las travesías de los pueblos sin asfaltar o con unos baches enormes que había que rodear, con los animales y todo lo de siempre.


  
Y a unos cuarenta kilómetros de nuestro destino, un atasco. La madre de todos los atascos. Sencillamente me resulta indescriptible. Una autopista con tres carriles. Los camiones parados a ambos lados dejando paso prácticamente sólo por el del medio. Aparcan en los carriles laterales como si nada y la cosa se va complicando hasta que los coches empiezan a saltar la mediana invadiendo los carriles contrarios, los arcenes e incluso fuera, por el campo. 


Aprovechando los desvíos de las gasolineras como atajo para adelantar.  La locura más absoluta. Más de una hora así, ahora autopista, ahora campo, ahora me cruzo, pero de todas formas sin avanzar más que unos metros entre el infernal sonido de cientos de cláxones tocando todos a la vez. Intentando pasar todos a la vez, sin normas, ni orden ni concierto. No hay policías ni nadie que ponga un poco de cordura en esta guerra. Solo frenazos y acelerones. 


Y todavía me pregunta el guía si esto no pasa en España. Le he respondido que si ésto ocurriera allí, el gobierno sacaría hasta al ejército a solucionarlo. Y le ha parecido una exageración. Claro que también puso cara de incredulidad cuando le dije que yo tardaba media hora en recorrer los cincuenta kilómetros que tengo desde mi casa hasta el trabajo. Ciencia ficción.


Ocho horas para un total se 260 km. Con una parada de cuarto de hora. Incluso las fotos están hechas todas desde el coche. Demasiado que no han salido todas movidas.
Se me ha hecho interminable, no veía el momento de llegar al hotel y descansar un rato. Porque el avión sale a las 5:50 e imagino que irán a buscarnos hacia las 2:00. Así que dormir, lo que se dice dormir, me parece que no va a ser mucho. Pero este hotel es moderno y limpio, tipo de negocios. Lo ideal para pegarse una ducha calentita, cenar y a la cama prontito.

La despedida con el guía ha sido bastante fría. Creo que todos nos hemos quedado tan a gusto, nosotros porque estábamos hasta la coronilla de pelear con el, y él porque no le hemos dejado hacer lo que le daba la gana. Le falta mucho, mucho nivel. Es el peor, con diferencia, de todos con los que me he topado.
El conductor volverá a buscarnos a las 2:00. Este pobre no va a tener tiempo más que para cenar y poco más.

3 comentarios:

Akhil_Raj dijo...

hola christina,
esto es Akhil de churi Ajitgarth donde ha visitado el pasado septiembre. yo estaba buscando mi nombre de la aldea en google y encontré tu blog es realmente agradable sensación de ver a mi nombre de la aldea en internet.
Gracias para visitar .. espero que te sientas bien para ver el Haweli y mi pueblo.

Cdeiscar dijo...

Gracias a ti.
Me gustáron mucho los havelis y, en especial, el hotel en que nos alojamos. Shekhawati es una hermosa región y sus gentes, encantadoras.

Cdeiscar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.