jueves, 25 de julio de 2013

Tailandia: Mercados, puentes y rascacielos

Hoy tocó cambio de planes. A pesar de no haber dormido nada bien por el aire acondicionado, a las seis de la mañana ya estábamos arriba porque habíamos quedado a las siete para ir al mercado flotante de Damnoen Saduak.

Mercado sobre las vias del tren en Meklong
Pero primero hemos parado en un mercado en un pueblo llamado Meklong colocado sobre y a los lados de la vía del tren. Era para locales y me ha parecido mucho más auténtico y divertido. 

Mercado sobre las vias del tren en Meklong
Me hubiera gustado verlo a la hora en que pasa el tren, porque muchos de los puestos estaban completamente metidos dentro de las vías. ¡Tienen que ser muy rápidos!. Se puede ver en este vídeo.

Mercado sobre las vias del tren en Meklong
Al mercado flotante hemos ido en una lancha que nos ha llevado por los canales que lo forman. Me esperaba algo más. 

Mercado flotante de Damnoen Saduak
Es tan turístico que había muchas más barcas de turistas cámara en ristre qué de vendedores y tailandeses. 

Mercado flotante de Damnoen Saduak
La explicación que nos han dado es que los locales van muy pronto y que a partir de las ocho o las nueve de la mañana lo que más se ve son viajeros en busca de gangas o de fotografías pintorescas.

Mercado flotante de Damnoen Saduak
A la guía le ha sentado mal que se lo dijésemos, pero me trae al fresco que le guste o no mi opinión. A veces es un poco cargante.

Mercado flotante de Damnoen Saduak
Al finalizar nos ha propuesto un cambio en el programa, nos ha preguntado qué nos parecía ir hoy al Puente del río Kwai, porque desde donde nos encontrábamos no nos quedaba muy lejos, ciento y pico kilómetros, y así nos quitábamos carga del primer día de circuito que, según ella, está demasiado lleno. 

Cementerio de guerra de Kanchanaburi
No nos ha importado, así que hemos salido hacia Kanchanaburi. Al llegar lo primero ha sido  visitar uno de los cementerios de prisioneros. Tiene cerca de 7.000 tumbas, poco más que unas placas de mármol con unas inscripciones sobre la hierba.

Río Kwai
Tras ello hemos ido a ver una réplica de los barracones en los que vivían los prisioneros y en la cual hay un pequeño museo con fotografías de la época. 
La construcción de la línea de tren acabó con la vida de cien mil prisioneros, en su mayor parte asiáticos y en menor proporción aliados. Los japoneses pretendían con esta línea burlar el bloqueo aliado de sus líneas marítimas. Sólo funcionó durante dos años.

Río Kwai
Por último un recorrido por el río en lancha, contemplando el bello paisaje y las casas sobre pilotes, hasta llegar al famoso puente. 

Río Kwai
Hoy día es simplemente un puentecito de hierro y madera con una vía por la que transita un colorido tren turístico.

Río Kwai
De vuelta a Bangkok le he pedido a la guía que, si en vez de dejarnos en nuestro hotel, podían hacerlo en el Baiyoke, un rascacielos que es el edificio más alto del país y que tiene un bar en la planta ochenta y tres y un restaurante giratorio en la ochenta y cuatro. Ha dicho que era imposible porque llevábamos otra ruta. 

Sirocco
En fin. Nuevo cambio de planes. Aprovechando que el State Tower, el tercer rascacielos de Bangkok, y su famoso restaurante Sirocco están a un paso de nuestro hotel, nos hemos ido allí a tomar una copa. Es el restaurante al aire libre más alto del mundo y para cenar teníamos que haber reservado.

Sirocco
Pero de todas formas hemos podido disfrutar del anochecer con las impresionantes vistas panorámicas que hay desde su planta sesenta y cuatro con un gin tonic en la mano y la cámara de fotos en la otra. 

Sirocco
Al llegar a nuestro hotel otro bañito en la piscina y así bien relajada he caído en la cama prácticamente en coma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres o sois bien afortunados por poder hacer esos viajes tan lejanos. Otros en cambio, nos tenemos que conformar con ver fotografías o leer relatos como el tuyo para poder disfrutar igualmente de estos lugares tan fantásticos.
Unas fotos increíbles.
Disfruta o disfrutad mucho.

Cdeiscar dijo...

No siempre viajamos tan lejos... Pero reconozco que termina siendo un poco como una adicción. Y según están las cosas hay que aprovechar mientras se pueda, no sea que terminemos pasando las vacaciones en Benidorm...
Sobre las fotos... he hecho dos mil y pico este viaje. ¡Es fácil elegir una docena!