Nuestro último día en Lisboa ha sido tranquilo, a pesar de que las temperaturas siguen rozando los 40 grados y que salir a pasear es un ejercicio de voluntad.
La mayor parte de las fuentes estaban apagadas y sucias. Una pena. Con suerte en unos años lo habrán recuperado del todo. Si la crisis deja...
A mediodía estábamos de vuelta en Lisboa, con la inestimable ayuda del gps. Hemos comido en un restaurante tipo tasca de comida casera, cerca de la iglesia do Carmo. Se llama Casa Alcobaça y por 8 euros nos han puesto hasta café. Buena comida, sencilla y sin pretensiones.
Tras una corta parada en el apartamento he bajado esta vez yo sola a darme una vuelta por el Chiado y por el Barrio Alto. He hecho lo que suelo en Atenas, perderme por las callejuelas y entrar en las pequeñas fruterías y tiendas de barrio. Me he reído con las señoras mayores, que no pueden remediar lo de pegar la hebra con quién se les ponga a tiro. Son muy graciosas y como me entienden sin problemas... He comprado algo de bollería para desayunar y unos plátanos de Madeira, claro aquí no van a ser Canarias...
Hoy teníamos varias ideas y al final nos hemos decantado por ir a ver el Palacio de Queluz. Yo no estaba muy convencida, pero reconozco que muy bien. No había mucha gente y la temperatura dentro era muy buena.
Es un palacio rococó, con muebles y decoración del siglo XIX. Todavía le falta un poco de restaurar, sobre todo a los jardines, pero en conjunto, y salvando las diferencias, me recuerda al palacio de La Granja. Claro que este último es mucho más grande y monumental, tanto por los jardines como por el palacio en sí, pero es de ese mismo estilo versallesco.
Es un palacio rococó, con muebles y decoración del siglo XIX. Todavía le falta un poco de restaurar, sobre todo a los jardines, pero en conjunto, y salvando las diferencias, me recuerda al palacio de La Granja. Claro que este último es mucho más grande y monumental, tanto por los jardines como por el palacio en sí, pero es de ese mismo estilo versallesco.
La mayor parte de las fuentes estaban apagadas y sucias. Una pena. Con suerte en unos años lo habrán recuperado del todo. Si la crisis deja...
A mediodía estábamos de vuelta en Lisboa, con la inestimable ayuda del gps. Hemos comido en un restaurante tipo tasca de comida casera, cerca de la iglesia do Carmo. Se llama Casa Alcobaça y por 8 euros nos han puesto hasta café. Buena comida, sencilla y sin pretensiones.
Tras una corta parada en el apartamento he bajado esta vez yo sola a darme una vuelta por el Chiado y por el Barrio Alto. He hecho lo que suelo en Atenas, perderme por las callejuelas y entrar en las pequeñas fruterías y tiendas de barrio. Me he reído con las señoras mayores, que no pueden remediar lo de pegar la hebra con quién se les ponga a tiro. Son muy graciosas y como me entienden sin problemas... He comprado algo de bollería para desayunar y unos plátanos de Madeira, claro aquí no van a ser Canarias...
No hay comentarios:
Publicar un comentario